Amor Trascendental ❥ SoraMafu

⛩️ 09

La aldea estaba al fin vacía; Soraru había echo un trabajo limpio. Y Mafumafu buscaba al atacante que aún destruía las casas dentro, tal vez estaba siendo muy idiota al caminar tranquilamente sin saber si ya estaba rodeado. Pero él era muy inteligente y estaba 99% seguro de que el ataque no era hecho por un gran grupo; el 1% podría jugarle en contra, pero no estaba mal tomar el riesgo algunas veces.

De repente, sin previo aviso, un grupo de personas saltaron directo a él. Sus movimientos se anticiparon y sacó su fuerte espada; Teru¹.

Teru no era cualquier espada, fue construida por un gran Maestro, quien fue encargado por la familia de Mafumafu para hacer una espada lo suficientemente majestuosa para el próximo heredero. Teru era muy legendaria al ser la espada más ligera y flexible que existía, por su largo no dejaba de emitir brillo plateado, incluso brillaba en la más grande oscuridad; y al final de su extensión, estaba grabado "Teru". Mafumafu aún era un adolescente intrépido cuando le puso el nombre a su espada, los últimos días no había dejado de escuchar "La canción del Teru Teru Bōzu"², y los niños empezaban a colgar los Teru Teru Bōzu en sus casas³ siguiendo el ejemplo de sus padres.

Por ello, la canción no había hecho más que sonar en su cabeza y cuando le preguntaron cómo llamaría el dueño a tan legendaria espada, solo respondió "Teru". Aunque habían pasado años, aún le gustaba el nombre, a pesar de parecer no tener un significado profundo, lo tenía.

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*¹Teru: en referencia a "brillo del sol".
*² Canción del Teru Teru Bōzu.

Teru-teru-bozu, teru bozu
Haz que mañana haga un día soleado
Como el cielo una vez en mi sueño
Si está soleado te daré un cascabel dorado.
Teru-teru-bozu, teru bozu
Haz que mañana sea un día soleado
Si escuchaste mi deseo
Nosotros beberemos mucho vino dulce de arroz.
Teru teru bozu, teru bozu
Haz que mañana sea un día soleado
Pero si está nublado y tú estás llorando
Entonces, yo te cortaré la cabeza.

*³Los Teru Teru Bōzu son muñecos hechos de tela o papel que se inventaron en el Periodo Edo en Japón, servía como amuleto para alejar las lluvias y ver un amanecer despejado.

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Su espada barrió el suelo antes de lanzarse a atacar, se movió con agilidad en sus manos. Aunque el peliblanco intentó adivinar la identidad de estos individuos, no había visto esos movimientos antes, pero, aún así, aquel pequeño grupo no era muy fuerte. Usó la fuerza para con tan solo un movimiento empujar lejos a los oponentes y debilitarlos. Aquellos cayeron al mismo tiempo 6 metros lejos, agotados.

Y allí lo encontró, el joven que estaba buscando; sentado cerca al pequeño río rodeado de flores, con la mirada perdida mientras lavaba sus manos. No se inmutó al sentir la presencia de Mafumafu cerca, pero temblaba ligeramente.

Mafumafu suspiró con calma y se sentó a su lado.

— ¿No me preguntarás por qué lo hice? —dijo el joven castaño tranquilamente.

— No preguntaré lo que ya sé —respondió con seguridad—. Mas bien, quiero preguntarte, ¿para qué lo haces?

El joven no respondió.

— No puedo entender todo tu rencor tan bien como tú mismo, pero, ¿realmente crees que todos merecían ser castigados por el error de unos cuántos?

— Sí, ellos... todos son culpables —aquellos ojos solo estaban llenos de rencor y tristeza, Mafumafu lo compadeció por unos segundos.

— ¿Hashiyan también?