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Mafumafu estaba dando clase del manejo de la espada a los discípulos del clan de Soraru, sorprendentemente todos eran muy obedientes y se esforzaban para aprender nuevas técnicas

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Mafumafu estaba dando clase del manejo de la espada a los discípulos del clan de Soraru, sorprendentemente todos eran muy obedientes y se esforzaban para aprender nuevas técnicas. Mafumafu se sentía realizado, como todo un superior.

Al terminar y llegar a su descanso, Urata llegó con agua para todos. Mafumafu lo saludó alegremente y se sentaron a charlar.

— Lo haces bien Mafumafu —le dijo, mientras le sonreía a su amigo. Casi nunca podía decirle lo mucho que lo quería, pero realmente lo hacía.

— Lo sé —sonrió presumido.

— Yo también lo hago bien, aún no me has visto enseñar —bufó Urata.

— Te equivocas, tú me ayudaste a perfeccionar mi escritura, eres bueno enseñando.

— ¡Kya! Mafumafu me ha reconocido, seré su mentor y le enseñaré y serviré por siempre

— Claro que no, tú serás un gran líder, no servirás a nadie Urata.

Urata suspiró, era difícil para el cumplir con los requisitos para ser un líder, aunque sabía que no llegaría muy lejos debido a que no pertenecía a la clase más alta; sin embargo, su familia y la de Mafumafu se habían hecho muy amigos; y la gente era terriblemente mal habladora diciendo que Urata tenía mas oportunidades al ser amigo de Mafumafu y podría llegar a ser un alto funcionario; tristemente, su familia también estaba de acuerdo. Él no se sentía lo bastante sabio o inteligente para asumir un cargo así, de solo pensarlo le dolía la cabeza, por un lado su familia y por el otro lado la opinión de la gente, de seguro lo llamarían aprovechado u oportunista por aprovecharse de su amistad con la familia del joven amo Mafumafu. Además, a veces somos muy jóvenes para decidir qué queremos, pero la sociedad y el tiempo no perdonan, por lo que debemos elegir rápido y recibir el golpe de realidad algún día. Ser un oportunista o alguien que no quiere destacar, esa era la cuestión.

Mafumafu se sentía menos apto aún para cualquier cargo en su familia (que evidentemente sería un cargo muy alto), prefería pensar eso aún sabiendo que sería el próximo líder. Era travieso y no podía tomarse totalmente en serio aquellas importantes tareas. La juventud para él, era algo que debía vivirse y disfrutarse, sin preocuparse por el futuro. Pero la vida nos enseña que no se trata solo de eso, a veces de buenos modos, pero otras no.

La tarde transcurrió y el peliblanco estaba muy agotado. Estaba sorprendido de que aquellos jóvenes tuvieran tanta energía mientras él no podía resistir tanto, le faltaba entrenar.

Inesperadamente, detrás de él llegó Soraru con una jarra de agua fresca y le sirvió.

— Así que trayéndome un vaso de agua te libras de la culpa de asignarme esta tarea —mencionó Mafumafu.

— No me siento culpable en absoluto.

Mafumafu suspiró. — Tan frío como siempre...

Soraru miró el radiante sol y tapó su cara con su brazo.

Amor Trascendental ❥ SoraMafuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora