Amor Trascendental ❥ SoraMafu

⛩️ 12

Mafumafu vio a su amigo marcharse obedientemente junto a ese oficial y suspiró.

"Lo estoy perdiendo", pensó y se rio.

Nunca pensó en retener a su lindo castaño y si él deseaba irse con ese oficial, lo dejaría. De todas formas, estaba creciendo y debía decidir por sí mismo. Nunca le gustó escuchar a la gente diciendo de Uratanuki era un sirviente privilegiado que solo aprovecharía su relación con Mafumafu para ascender de algún modo. No sería así, quería verlo llegar donde quisiera, sin que la gente lo difame.

Pensaba que era una lástima que él mismo retuviera su propio cargo, porque de tan solo atreverse a huir con otro hombre, las consecuencias no serían nada alentadoras, él debía ser duro consigo mismo y negarse ese pequeño sentimiento que empezaba a crecer dentro de él respecto a un pelinegro que estaba ausente en ese momento. Aunque si lo veía por otro lado, ellos siempre estarían al rededor del otro sin importar qué pasara porque sus clanes eran aliados.

Así que ellos tenían que ser unidos en el futuro, tanto como sus familias tradicionales lo fueron y lo serían sus futuras familias.

Sus futuras familias...

No le gustaba esa idea.

Pero pensar en ello no traía nada bueno, así que Mafumafu desechó el pensamiento y se encontró volviendo a llenar su cabeza con la procupación del estado de su residencia y la llegada de Soraru que se estaba atrasando, quería saber si la carta logró ser entregada y cómo iba todo allá.

De repente escuchó una conversación cerca y pusó en alerta su oído. 

Su corazón empezó a latir rápido al escuchar "Armería" haciendo referencia a su familia, hilos se conectaron en su cabeza y se formó el peor escenario; todos sus sentidos se alertaron y recordó el día en que le pidieron irse sin dar explicaciones. Nada le importó y salió corriendo y, pronto surcando el cielo con toda prisa para llegar a su clan. Ni siquiera podía pensar claramente, su corazón latía desenfrenado y solo tenía un pensamiento: "Debo llegar pronto".

Amatsuki había escuchado la reciente pelea en la sala principal, pronto esos gritos se conviertieron en ruidos ensordecedores y su sexto sentido se prendió; salió inmediatamente sin siquiera averiguar bien qué sucedía y corrió lo más rápido que pudo. La tensión en aquella mansión desde que había llegado había aumentado, y él estuvo alerta, recordando a cada hora las palabras de Soraru. Necesitaba encontrar pronto a Mafumafu. Por dentro se sintió culpable por no ser lo suficientemente fuerte para quedarse a combatir. Pensó con tristeza cómo nunca pudo entrenar como era debido en lo físico; sin embargo sus grandes habilidades intelectuales habían permanecido en la sombra. Ahora todo lo que podía hacer era correr con sus débiles pies rogando por llegar a tiempo.

Era un débil humano, todo su cuerpo se cansó tras un par de horas de correr, respiró agitado y se detuvo cerca a un río para beber agua. Mas no pudo darse más tiempo, tan solo estaba a una hora de llegar si mantenía la velocidad de antes; sus pies estaban adoloridos, pero lo ignoró hasta llegar. 

En la entrada de la residencia, el paso estaba bloqueado. Gritó llamando a Soraru, nadie apareció. En cambio, lo recibió un sirviente que lo miró extrañado, paseando su mirada por el terrible estado del joven.

— B-buenos días, estoy buscando a Mafumafu, por favor, es algo muy urgente —Sus palabras salieron atropelladas una tras a otra, apenas siendo escuchadas con poca claridad.

— ¿Cuál es su nombre? —preguntó el sirviente, que aún lo miraba extrañado.

— Soy Amatsuki... —levantó la vista y chocó con la mirada extrañada y juzgadora, no sabía qué decir—. Él me conoce, llámelo por favor...