Capitulo 9

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Se puede decir que la simple explicación de Hermione calmó la curiosidad del rubio.

¿Quién pensaría que una simple mentira como "Fue en una misión, capturaron a uno de los mortifago que quedan y el quiso herirlos pero Harry actuó primero y la sangre del mortifago salpicó en él" era suficiente?

Simplemente era una mentira blanca bien estructurada que les hizo pensar a los leones que Draco Malfoy les había creído cuando le vieron dejar de buscar alguna herida en el cuerpo de Harry, pero...

¡Que ingenuos eran el trio de oro!

Eso fue lo que pensó el Salvador al siguiente día justo cuando su rubio y él estuvieron solos en la oficina del moreno en el ministerio, obviamente no ayudó que después llegará Cedric disculpándose por un supuesto golpe en una herida en la frente de Harry que Draco no había visto en ningún momento.

— Potter tu secretario no me agrada.  — Se oyó reclamar al rubio después de cerrar la puerta de la oficina con seguro, frente a él estaba Harry con el ceño fruncido haciendo los informes de todos las misiones de esa semana.

— Tu secretaria tampoco me agrada y no me ando quejando, no te creas que no me he dado cuenta que no te gusta que valla a tu oficina por la perra esa. — Reclamó el moreno sin levantar la vista de los papeles, el rubio bufando se acercó a dejarle un beso en la cabeza, sabía que Potter siempre se ponía de un humor de perros cuando dejaba los informes a último momento.

— ¿Te ayudo en eso?

— ¿Cómo pretendes ayudarme si no sabes nada de las malditas misiones? — Gruñó el moreno ganándose una patada de Draco.

— Ah no, me le vas bajando a tu tonito que yo no tengo la culpa, siempre te digo que cuando acabes la misión hagas el informe pero te entra por un oído y te sale por la nariz.

— Es que me da pereza y Draco la frase es "te entra por un oído y te sale por el otro"

— Como sea — Suspiró enredando sus manos en la hebras negras del chico, sabía que eso le relajaba cuando estaba estresado. — Harry siempre me cuentas con lujo y detalles cada misión que tienes, podría decirte a qué hora llegaste, el minuto en donde desarmaste al criminal y en qué segundo lo esposaste.

— Bien, encargarte de la misión Muggle de ayer, la del chico que agredió a un ex-mortífagos haciéndose pasar por mi y la de la señora que casi mata a su hijo por ser un squib. — Dijo tendiéndole tres pergaminos y una pluma en donde inmediatamente empezó a escribir imitando perfectamente la letra del león.

Así pasaron unas dos horas en donde solo hablaron cuando Draco tenia una duda sobre la misión.

— Gracias cielo, si no fuera por ti estuviera escribiéndole una carta de odio a mi jefe. — Bromeó el moreno llamando a su secretario para que llevará los pergaminos con sus superiores.

— Lo se león, sin mi estarías perdido y sin emple... ¿Qué es eso en tu frente? — Preguntó curioso la serpiente entrecerrando los ojos al ver esa mancha borrosa en la frente de su novio.

¡Lo sabía!

El hechizo de mione había desaparecido al despertarse por lo que él mismo se aplicó el glamour, solo que siempre había sabido que ese hechizo nunca le salía perfectamente.

— Tienes la frente borrosa ¿Es un glamour? ¿Qué me ocultas Potter?

En ese momento un escándalo se armó afuera de la oficina y segundos después la puerta se abrió bruscamente dejando entrar a Cedric Diggory.

— ¡Harry! ¿Cómo estás cariño? No fuiste anoche a casa y me preocupe ¡Perdóname! No debí haberte golpeado, no tengo derecho a eso ¿Cómo sigue esa herida? ¿Fue profunda? ¡Ay cariño! De verdad lo siento, no fue mi intención pegarte. — Se lamentaba el castaño acercándose a Harry mientras esté solo pedía que un agujero en el piso se lo tragara.

— Cedric estoy bien, ya vete que estoy ocupado. — Ordenó Harry deshaciéndose del abrazo de Cedric fastidiado.

Alguien carraspeó llamando la atención de Cedric que se encontraba toqueteandole la cara al moreno mientras esté lo alejaba cada vez más molesto, todo esto lo veía Draco quien se estaba divirtiendo ante la idea de lanzarle una y mil maldiciones al idiota de Diggory. En ese momento el castaño se volteó con una mueca de fastidio que paso a ser de desagrado al fijarse en el rubio.

— ¡¿DRACO MALFOY?! — El castaño lo gritó de una manera que la pareja pensó que ya el ministerio entero sabía que el heredero Malfoy se encontraba en el edificio.

— Hola Diggory tiempo sin ver...

— ¿Malfoy? ¡¿Harry Potter me puedes explicar que hace un maldito mortifago en tu oficina?!

— Ya deja el escándalo Cedric y por favor retírate que estoy en mi trabajo y tengo asuntos que tratar con el señor Malfoy. — Pidió el moreno a punto de sufrir un colapsus nervioso, sabia lo que pasaba en la mente del rubio, sabia lo que le esperaba apenas Cedric saliera de la oficina y sabia lo que le esperaba en cuanto tocara el piso de su casa, simplemente suspiro con cansancio.

— ¿Me estas corriendo a mi? ¿A mi, que soy tu prometido? ¿Y que mierda es esa que tienes que hablar con este maldito mortifago Harry? 

— Ok Potter, tengo asuntos que atender y no creo necesario gastar mi poca paciencia en este imbécil maleducado que aparentemente aun no ha superado la guerra lo que me parece gracioso ya que él y su familia se marcharon del país cuando apenas se rumoraba el regreso de Voldemort pero en fin hablamos otro día o...

— O te callas nadie pidió tu opinión maldito mortifago de mierda, bien merecido tienen tus padres el que los hallan matado, deben estar revolcándose en el...

— ¡SUFICIENTE! — Gritó Harry golpeando su escritorio con su puño, sus ojos veían todo en rojo y lo único que pasaba por su mente era darle un buen puñetazo a Cédric en la boca. — No tienes derecho a opinar sobre la guerra no estuviste aquí luchando contra Voldemort así que no sabes cómo fueron las cosas, también déjame recordarte por millonésima vez que NO tienes derecho a venir a mi lugar de trabajo y entrar a mi oficina sin consultarme así que por favor retírate si no quieres que llame a seguridad o que yo mismo te saque. — El tono de voz de Harry destilaba veneno tanto que hizo estremecer a Draco quien se encontraba divertido viendo a la serpiente interior de Harry resurgir y clavarle los colmillos al idiota de Cédric, estaba muy contento por la forma en que su león lo defendió pero claro como buen Slytherin que es se iba a encargar de que Cédric aprendiera a cerrar la boca, de eso no cabe duda.

Cédric no hizo más que quedarse callado y como león enjaulado se marchó cerrando la puerta de un gran estruendo no sin antes que Draco se fijara en él bonito y brillante anillo con una esmeralda que se encontraba en el dedo anular del chico, lo maldijo mentalmente unas mil veces.

— Entonces...¿Que te paso en la frente Harry? — Preguntó el rubio y al no recibir respuesta se encogió de hombros levantando su varita apuntando directamente al pelinegro.

—  ¡¿PERO QUE MIERDA?!

Amantes (Drarry/Harco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora