EL VACÍO (KakaObi)

★Parte 10★

«Este soy yo»

Uchiha Obito

Puedo sentir la inmensidad de mis poderes fluyendo en mi ser, una cantidad que aplastaría con facilidad a cualquier ser vivo, incluyendo a los Dioses y a todo Konohagakure.

Mire mis manos por primera vez en mucho tiempo, se tornaron completamente negras debido a mi verdadero poder. Alcé la mirada y contemplé a mi alrededor, estaba en la salida de Konohagakure de frente viendo la puesta de sol, el lugar no había cambiado nada durante mi ausencia.

Apreté mis puños y fruncí el seño irritado, volver a ver lo mismo es un fastidio.

— ¡Obito! — Escuché. Una hermosa voz femenina similar a la más bella melodía que he escuchado en años había dicho mi nombre con tanta calidez que calmó mi enojo.

Sus rápidos pasos resuenan contra el suelo de mármol y finalmente volteó para extender mis brazos y recibirla entre ellos.

— Mi querida Rin... — Digo con nostalgia y ella me abraza con fuerza escondiendo su rostro en mi cuello, permitiéndome así sentir sus lágrimas en mi piel.

— Estás... Aquí — Logra decir conteniendo el llanto mientras sus ojos se apagan al verme— Estoy sin palabras... El sello debió romperse...

— No podía seguir durmiendo — Acaricié su cabello y su aura rosa se extendió más— gracias Rin, por cuidar de mi en lo que volvía a la normalidad, se que debió ser difícil luchar contra los prejuicios de los demás Dioses.

— ¡No! ¡Perdón por no haber hecho más por ti! — Niego con la cabeza y sonrió levemente ante tal palabra.

— No había otro camino — Me separé de ella ganando su atenta mirada y pude sentir sus emociones fluir— Rin, en el fondo yo realmente... No quería volver.

Ella cambió su expresión de felicidad a una sorprendida y sin comprender.

— Era feliz de esa forma, o eso creo — Le di la espalda— ellos deben estar esperando que se regenere, pero eso tardará ¿Sabes por qué?

— ¿Kakashi...? Eso es imposible, él debe regenerarse como todos los demás lo hacemos — Respondió algo nerviosa. No necesito verla para saber lo que siente, su aura habla por ella misma y está sintiendo preocupación y un poco de miedo.

— Está maldito — Solté secamente como si nada— aunque no morirá, lo sé mejor que nadie — Suspiré agotado— hace mucho tiempo me robaron injustamente algo, pero viví por muchos años sin conocer la verdad de lo que me fue arrebatado.

Me senté en el pasto y una onda invisible resopló cuando tuve contacto con la vegetación, todo a mi alrededor murió y sin más continúe.

— Por más tonto e increíble que suene soy yo el Dios de la Vida — Sonreí levemente— cuando supe la verdad mi reacción fue diferente, una persona que amé con todo mi ser... El monstruo del que me enamoré, me contó la cruda verdad de la peor manera y fue su traición la que me rompió.

— Obito... — Pronunció mi nombre— no tienes que decirme esto si te lastima tanto... Hace poco me di cuenta de algo-

— Está bien, tuve mucho tiempo para pensar las cosas — La interrumpí y me puse de pie para acercarme a ella— jamás recuperaré lo que debió ser mío, pero no lo quiero de vuelta.

— ¿Qué...? Pero Obito yo... — Parpadeó confundida.

Agarré su hombro sin prestarle mucha atención.