XXVI

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POV's Kayler.

Miré de vez en cuando por mi ventana. Estaba algo ansiosa por hoy, pero sabía que debía suceder.

Quiero decir, mi semana había apestado de inicio a fin. Había hablado con Noah, pero era como si mis palabras aquel día nunca hubiesen sucedido. Hice enojar a un profesor y me gané dos días de castigo, y para peor, había sacado una nota baja en mi último examen.

Necesitaba salir y relajar mi cabeza, porque sino iba a acabar por enloquecerme dentro de mi habitación.

-. Cariño, ¿que estás esperando?.- me reclamó mi madre, la cual estaba acostada en mi cama junto a Jupiter. Yo me encogí de hombros.

-. Déjala, amor. De seguro está espiando a Noah. Cuando pequeña lo hacía seguido.- Murmuró mi padre, haciéndome rodar los ojos. En cambio, mi mamá solo se rió, recordando aquello también.

-. ¡No lo acosaba! Solo esperaba hasta que saliera para joderlo un poco.- me encogí de hombros, alejándome de la ventana nuevamente. Mis padres solo se quedaron con unas sonrisas burlonas en su rostro.

Caminé hacia el espejo y me miré de arriba hacia abajo. Llevaba lo que se supone usaría para ir, pero sinceramente, no estaba demasiado convencida.

-. ¿Vas a salir con Evans, verdad?.- preguntó mi padre, a lo que yo asentí, sin despegar mi mirada del espejo.- Entonces más te vale que te cambies ya, querida.

Voltee a verlos al instante, frunciendo mi ceño.

-. Así voy a ir.

Ambos abrieron sus ojos como plato, viéndome de arriba a abajo, como si fuese el espécimen más extraño que hubiesen visto nunca.

-. ¡Kayler, eso parece tu pijama!.- Reclamó Lana Moon al cabo de unos segundos de silencio. Rodé los ojos.

-. Ya lo sé. Pero no se que ponerme.- Hice una mueca.- Todo es demasiado ajustado, y últimamente se me notan más los pechos.

-. ¡Por eso mismo debes lucirlos!.- Reclamó esta vez mi padre.- Cariño, eres igual de hermosa que tú madre. ¿Para que ocultar esa belleza?

Me encogí de hombros, sin saber que responder a aquello. Finalmente, dejé que mis padres entraran en mi armario y escogiesen lo que usaría hoy. Yo por mi parte, me quedé bajo las sábanas junto a Jupiter, quién se hallaba en su quinto sueño.

La habían llevado a que se vacunara contra la gripe, y como es de costumbre con mi hermana, hizo un escándalo que acabó cansándola hasta dormirse en el auto camino de vuelta. Algo normal en ella a estas alturas.

Cuando sentí que estaba comenzando a dormirme a su lado, mis padres me llamaron y avisaron que entrara al baño, pues mi madre me arreglaría el cabello. Yo decidí no protestar, porque sabía que aunque lo hiciera, ella lo haría igual.

Me gustaban estos momentos en familia. Todos juntos haciendo cualquier cosa, divirtiéndonos y charlando sobre nuestras semanas. Era como volver a mis catorce año, y aquello era agradable.

-. Muy bien, cariño. Te arreglaré el cabello, pero no podrás ver hasta que te diga, ¿entendido?.- murmuró mi madre, a lo que yo asentí, dándole acceso completo a mi cabello, prohibiéndole solamente el cortarlo.

Estuve alrededor de diez minutos con ella en el baño. Pasamos ese tiempo hablando entre nosotras, con mi madre contándome lo que haría el fin de semana, pues yo iría con Jupiter a cuidar a mis primos. Luego yo le dediqué a contarle sobre donde sería la fiesta y que no se preocupara porque me sobrepasara con la bebida, porque a penas probaría un sorbo.

-. Oh, Cariño. Se que estarás bien.- acarició mi mejilla cuando acabó con mi cabello.- Eres una chica lista e ingeniosa. A parte, estoy segura que Noah los traerá a salvo de vuelta.

Fɪɴɢɪᴇɴᴅᴏ sᴇʀ ɴᴏʀᴍᴀʟ.® (Wattys 2022)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora