EPÍLOGO.

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Kayler's POV

Cinco años después.

Las hojas de aquel parque seguían cayendo. Era mediados de Invierno, por lo que, para ninguno fue una sorpresa encontrarse con el césped húmedo luego de una pequeña llovizna.
Aquel siempre había sido su lugar favorito. Habían vívido muchas cosas juntos allí, enamorándose el uno del otro, superando sus miedos junto a todas aquellas personas que llamaron Familia. Habían sido felices.

Y ahora, dos años después, les alegraba el hecho de volver a verse, y contarse de una vez todo lo que habían logrado separados, prometiéndose nunca más volver a alejarse.

Escribí la palabra Fin una vez aquel relato llegó a su fin. Estaba sentada en una mesa que daba directo a la ventana principal del local. La taza de café aún lado de mi, junto al rollo de canela seguían en su sitio, con el tinte de mi labial marcado en el borde de aquel blanco objeto, y una pequeña mordida sobre mi merienda.

Adoraba venir aquí a escribir. Era un sitio muy tranquilo por las mañanas, y en la tarde, todo el lugar se volvía un pequeño pero muy solicitado bar, en el que siempre había bandas o gente tocando música y disfrutando de la atmósfera. Un sitio versátil, Justo como me gustan.

Llevaba alrededor de ocho meses escribiendo este libro. Era la tercera parte de una trilogía, la cual había lanzado hace dos años.
Había sido bastante difícil encontrar alguien que quisiera publicarla, puesto que no era una historia que no se haya visto antes. Pero, para mi suerte, a mi profesor de Escritura en el internado le había fascinado la trama cuando se lo comenté en mi último año, y me ayudó a contactar a uno de sus amigos, quién, luego de conocer toda la historia y leer el borrador, acabó amándolo.

Me había tardado un poco en hacerme la idea de que mi primer libro fue, poco a poco, bastante solicitado entre los adolescentes, y que mi nombre rondaba bastante por las cuentas de gente en Tik tok, pero cuando la editorial me contactó para lanzar el segundo libro, supe que esto sólo era el inicio.

Mis padres junto a mi hermana lloraron cuando se enteraron. Jupiter apenas y tenía seis años recién cumplidos, pero estaba desesperada para aprender a leer bien, y así disfrutar de la creación de su hermana mayor. Cuando me contó eso, me largué a llorar con ella.

Por otro lado, Evans solo pudo reaccionar desmayándose en el piso de nuestro reciente departamento. Estaba completamente sorprendido, y al mismo tiempo, emocionado porque mis sueños se estuviesen haciendo realidad, y que mis decisiones del pasado habían sido las correctas.

Lo que respecta con mis años en el internado de letras, bueno, el primer año fue algo difícil. Me sentía una completa novata estando entre personas que habían estado escribiendo desde los doce años, y que toda su vida supieron que esto es lo que querían para su vida. Me sentía fuera de lugar, y, aunque no era mala, y mis calificaciones eran buenas, sentía que algunos me juzgaban por mi aparición de la nada.

A mediados del segundo semestre, pude finalmente adaptarme. Tuve que hacer un trabajo junto a un grupo de chicos, y ellos no tardaron en volver a invitarme para salir y juntarme con ellos.
Algunos eran escritores como yo, pero también habían más personas que pertenecían a los distintos internados que está institución ofrecía. Finalmente, acabé formando mi grupo en aquel sitio, y hasta el día de hoy seguimos saliendo y trabajando juntos, pues varios de ellos me han ayudado a la edición de mis libros.

Ahora, aunque hayan pasado cinco años, y mi grupo de amigos se haya ampliado, jamás podré olvidar a mi familia original. Y, aún con la distancia, seguimos juntándonos y hablando todos los días.

Fɪɴɢɪᴇɴᴅᴏ sᴇʀ ɴᴏʀᴍᴀʟ.® (Wattys 2022)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora