XXXVII

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POV's Kayler.

Mi mente estaba pérdida casi por completo en las miles de cosas que pasaban de lado a lado dentro de esta.

Mis responsabilidades habían parecido aumentar desde hace algunos días atrás. Tenía que organizar mis cosas para la mudanza al que sería mi dormitorio en la universidad, junto a la organización de los preparativos para año nuevo y su extrema cercanía. Sin mencionar, claro, el pequeño detalle de que tenía hasta el 31 de diciembre para informarles a todos mi decisión sobre abandonar mi sueño de ir a la universidad, para reemplazarlo con un internado de letras, en donde muy probablemente, mi futuro se dividiría en la incertidumbre y el talento que puedo tener para crear historias.

Me dolía la cabeza de tan solo pensar en todas aquellas responsabilidades, y el hecho de que estaba de novia con Noah y quería que este año nuevo fuese especial para ambos, no ayudaba en lo más mínimo a mis jaquecas.

Por suerte, a parte de todas estas tareas, no tenía demasiadas preocupaciones. El juicio contra Cooper seguía vigente, y mientras yo me encontraba ahora mismo en mi cuarto alistando mi vestuario y las decoraciones que Evans, Jaden, Sophie y yo habíamos escogido, él estaba en una prisión a espera del juicio para decidir los cargos de los que sería acusado.

La noticia se había vuelto noticia en mi ciudad, por lo que una vez el arresto del rubio sucedió, no tuve mucho tiempo para procesarlo, ya que la gente comenzó a tomar bandos en la situación, y provocó en mí una severa incomodidad. No al extremo de hiperventilarme por las acusaciones de que hacía todo esto por simple despecho, pues Silver me había ayudado lo suficiente en nuestras horas, que ya no me negaba a mi misma que aquello había sucedido.

Aún así, la madre de Cooper se me acercó unos días después, suplicándome que quitara los cargos y anulara el juicio, pues su hijo solo era un drogadicto que no sabía lo que significaban sus actos en realidad. Pude habérselo creído hace unos meses atrás, cuando todavía no había entendido del todo el actuar de su hijo, pero luego de escucharlo aquella noche en el club, diciendo aquello como si fuese lo más normal en su perspectiva, solo me confirmó que él siempre supo lo que había hecho, y que no se arrepentía de aquello.

No tuve que verlo en ningún momento. Mis abogados comentaron que esto podría ser peligroso luego de que me amenazara de muerte frente a toda la policía, una vez fue arrestado. Fue un gran alivio aquella parte, y con mi confesión detalle por detalle de lo que había sucedido, estaba tranquila, ya que, aún cuando no fuese condenado a violación, pasaría un buen tiempo en la cárcel por las pastillas y polvos de cocaína que encontraron en sus bolsillos una vez lo arrestaron.


Arreglé mi cabello una última vez frente al espejo, viendo como el pequeño recorte que le habían hecho se amoldaba bastante bien a mi rostro. Di un último vistazo a mi cuarto, para confirmar que no se me quedaba nada allí dentro. A continuación, salí de mi cuarto cerrando la puerta detrás de mí. Caminé unos pasos hasta el cuarto frente al mío, y luego de tocar un par de veces, la puerta se abrió, dejando ver a una sonriente Júpiter, con su cabello recogido en una coleta con varios brillos alrededor.

-. ¿Ya nos vamos?.- Alzó una de sus cejas, a lo que yo simplemente asentí, tendiéndole una de mis manos, para así de este modo entrelazarlas y bajar juntas las escaleras.

En el primer piso se encontraban mis padres con Silver y su marido. Ellos habían pasado varios días, casi una semana entera sin hablarse por mi petición de que no supieran de lo sucedido con Cooper. Pero, una vez todo el alboroto del caso nos rodeó a todos, mi tía y mi padre no tuvieron más remedio que sentarse y hablar sobre cómo se sentían, y el cómo todo eso estaba distanciándolos. Desde entonces que han tratado de juntarse más entre ellos, y así recuperar la confianza poco a poco.

Fɪɴɢɪᴇɴᴅᴏ sᴇʀ ɴᴏʀᴍᴀʟ.® (Wattys 2022)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora