Hollywood Of The Dead

Chapter 23

En el capítulo anterior...

- ¿Cat? -

-...-

- Estamos perdiendo tiempo, Jade. Si no quieren ser encontrados entonces que así sea, tenemos un refugio que nos espera y al cual dirigir... -

- Andando. -

Capítulo 23.

Ya tres semanas desde que los chicos regresaron al refugio con el grupo de sobrevivientes de Joan Kendrick. Tres semanas desde que supieron por primera vez de Cat después de dos años. Dicha información fue dada primeramente a David y Arthur, ambos hombres tenían esperanzas de volver a encontrarse con sus respectivos hijos perdidos, pero, yendo en contra de las órdenes dadas por Arthur y David, Jade y Jo fueron con la señora Shappiro, no querían darle falsas esperanzas, pero cabía la posibilidad de que su hijo siguiera con vida y ella tenía el derecho de saberlo; ella comprendió a las chicas, las abrazo y esperó a que así fuera. Desde entonces, todos ellos esperan pacientes e impacientes a la vez, esperan alguna señal, están atentos a la radio, haciendo guardia junto a los Cuidadores, turnándose entre ellos.

La recuperación de Frankie fue lenta, pero gracias a los cuidados de personales Clarissa, ya que él se negaba a quedarse en el que era el hospital del refugio. Pudo empezar a caminar con ayuda de una muleta.

- ¿Algo interesante? - un cuidador subía las escaleras del muro para pararse junto a su amigo quien se encontraba en el suelo boca abajo y con un fusil. Los Cuidadores son francotiradores encargados de vigilar el exterior, permaneces solo ahí, por supuesto que turnándose entre ellos en el transcurso del día.

Él le sonrió y volvió su mirada al frente.
- Nada, ningún disparo en ocho días. - se encogió de hombros.

El primero suspiró. - Pensé que estarías con unos de los jefes. - tomó asiento en el suelo, acomodando su arma junto a él.

Rió. - Dejá de llamarlos así, ya te lo han dicho. - también se sentó. - Sí bueno, pensé que eras uno de ellos subiendo.  ¿Sabés algo al respecto? - recibió una negación. Exhaló ruidosamente y se tiró de espalda para quedar acostado. - ¿Cuál será todo el misterio de ahora? -

Hubo silencio entre ambos cuidadores, el primero tiraba miradas de vez en cuando a su compañero latino. Después de minutos rompió el silencio.

- ¿Cómo está tú abuela? -

- Tejiendo, como siempre. Me preguntó por vos. -

- ¿a sí? - sonrió.

El latino se sentó con las piernas cruzadas.
- Sí, espera que un día de estos pasés por la casa; dice que quiere prepararte un exquisito puré de papas. -

Ambos rieron.

- Dile que espero con ansias comer ese exquisito puré de papas. -

- Lo haré, lo haré... Ella te ha tomado mucho cariño, se preocupa por ti, incluso... y te admira, yo también lo hago, no todos hubiéramos podido hacer lo que vos hiciste.-

El primero tragó pesado. Su nombre era Khalan. Su abuelo era un canadiense que le gustaba viajar por el mundo, conoció a su abuela en unos de sus viajes turísticos a Asia, se quedó ahí por un tiempo por ella, al final terminaron casándose y tuvieron hijos. Su madre se casó con un americano. Khalan es de ojos rasgados, café claros y con largas pestañas, sus cejas perfectamente pobladas, su rostro semi cuadrado, al igual que sus labios, no eran grandes ni carnosos, pero no eran pequeños y rectos. Su piel trigueña y cuerpo delgado, pero formado.