HASTA QUE LO CONOCÍ.

2. "La borracha"

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Son las 6:00 p.m mi hora de salida, pero aún me quedan algunas cosas por ver así que decido quedarme un poco más.

Estoy muy concentrada en mi trabajo hasta que un mensaje me interrumpe, lo ignoró, no es momento para ver mensajes.

Minutos después escucho las notificaciones de mi celular otra vez, son más y más mensajes, empiezo a creer que es algo urgente así que despegó mi vista de la laptop y tomo el celular.

Mi celular esta encendido, en la barra de notificaciones los mensajes visibles.

Es Rose.

Rose ❤️

6:01 p.m

Sam ¿ya saliste del trabajo? ¡Vamos a celebraaaaar!

6:04 p.m

Sammmmmmmmm

Samanthaaaaaaaaa, ¡¡responde!!!

Mi preocupación se desvanece cuando veo que no es una emergencia.

Y si, aveces Rose se pone así de intensa, así que no me queda más remedio que responderle.

6:06 p.m

¿Qué pasa?

6:07 p.m

¿Que pasa? Samantha estoy afuera esperándote hace 10 minutos y hace un frío que te mueres.

6:07 p.m

¿¡Pero que haces acá Rose!?

6:09 p.m

Solo ven, ya verás.

Inevitablemente tendré que ir, no voy a dejar a la pobre de mi mejor amiga muriéndose de frío afuera.

Acomodó mis cosas y apago la laptop, agarro mi bolsa y salgo de la oficina.

Voy hasta el ascensor y me encuentro con Damián que está viendo hacia el frente esperando a que el ascensor abra sus puertas, me pongo detrás de él y le toco la espalda con el dedo índice.

- Samantha.

Me dice sin nisiquiera haberse vuelto, ¿como sabe que soy yo?

- ¿Qué? ¿Estas sorprendida? --aunque no lo esté viendo puedo ver la sonrisa de suficiencia que tiene en la boca.

- Ay, ya deja de molestar. --le digo mientras entro al ascensor que ya abrió sus puertas.

- Pero si tu empezaste, quien te entiende.

Lo ignoro, segundos después vuelve a hablar.

- Bueno ya deja el mal humor, ¿nos vamos juntos? --me dice volviendo su cara hacia mi para verme.

- No, voy a salir con Rose, pero igual gracias. --lo miro y le doy una sonrisa.

- Este galán te iba a llevar, pero tu te lo pierdes.

- ¿Yo me lo pierdo? --me empiezo a reír y veo como Damián me mira con ganas de ahorcarme.

Me sigo riendo hasta que veo que el ascensor se abre, salgo y Damián me sigue.

Caminamos hasta la salida y veo a la pobre de Rose frotándose las manos por el frío, y si que hace frío, me mira y me da una sonrisa, cuando se da cuenta que Damián esta a mi lado sus ojos se iluminan con esa luz que siempre tiene cuando ve a mi hermano.