HASTA QUE LO CONOCÍ.

6. "El acercamiento"

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Llegamos a la empresa y veo como Liam parquea su auto al lado del mio.

Segundos después salgo del auto y el hace lo mismo. Es un molesto.

Bien que te gusta.
¡CALLATE!

Camino hacia la entrada de la empresa y veo como él viene caminando detrás mío.

- Nos vemos Samantha. --me guiña un ojo y entra a la empresa.

Por un momento pensé que me diría rubia linda, gracias a Dios no lo hizo, odio ese apodo.

Entro a la empresa, pido el ascensor y voy hacia el piso donde esta mi oficina.

Estoy llegando a la puerta de mi oficina cuando veo a mi adorado hermano.

- ¡Buenas días hermanita! --dice acercándose a mi que estoy abriendo la puerta de mi oficina.

- Buenos días Damián. --le digo con un tono cansado.

Entró a la oficina y cuando voy a cerrar la puerta Damián entra y a su vez cierra la puerta.

- ¿Que haces Damián? Tengo mucho trabajo y supongo que tu también, ve a trabajar. --suspiro pesadamente sentandome en la silla de mi escritorio.

- Pues la verdad no, tengo mucho tiempo para hablar con mi hermana querida. --dice sentándose en el sofá de la oficina.

- Pues adivina que, --lo miró-- yo si tengo mucho trabajo y la verdad no me apetece hablar contigo. ¿De que vamos a hablar? ¿De las chicas que te tiras cada semana? --volteó los ojos y vuelvo la mirada a la laptop.

- A si que ese es el problema, las chicas que me tiro cada semana. Creo que soy bastante grande para saber que hago, es mi vida Samantha.

- Lo sé y la verdad no me interesa en lo absoluto lo que hagas Damián, me interesan esas pobres chicas, a las que usas una noche ¿para que?, para al día siguiente dejarlas tiradas como si fueran un trapo viejo.

- Pues ese no es mi problema, yo les advierto y ellas se dejan llevar. Yo no puedo hacer nada. --me dice despreocupado, como si no le importará.

- Mejor vete Damián, eres un idiota. Espero algún día encuentres a alguien que te haga cambiar.

- Ya cambiemos de tema Samantha, ¿como te fue con Liam?

- ¿Con Liam? --me hecho una risita sarcástica-- Ese es otro idiota, igual que tú, ni lo menciones.

- Bien, sabes que? Me voy. Hoy andas de muy mal humor.

- Pues si, ando de mal humor. --vuelvo mi mirada hacia la laptop.

- Adiós. --me dice balbuceando.

Este idiota de mi hermano.

Son las 4:00 p.m y me dirijo hacia la oficina de mi padre, me mandó a llamar.

Toco la puerta y oigo como mi padre me deja pasar.

Entró y lo primero que ven mis ojos es a Liam, si otra vez Liam. Estoy harta.

- Buenas tardes. --trató de dar mi mejor sonrisa, aunque la verdad no estoy de muy buen humor que digamos.

- Buenas tardes hija, siéntate. --me dice señalando la silla que esta al lado de Liam.

Obedezco a mi padre y me siento al lado de Liam.

- Y bien, ¿como les fue viendo el terreno?, ¿que les pareció?

- A mi parecer es perfecto para construir el edificio, --miró a Liam-- ¿A ti que te parece Liam?

Veo como duda - Ammm... Si, a mi también me parece perfecto. --me mira.