Capítulo 18

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Newt PROV.

Nosotros y los Penitentes. Solo queda eso.

Thomas, Teresa y Chuck se han perdido entre la multitud, probablemente ya casi lleguen a la Fosa de los Penitentes.

«Tommy estará bien»

Como armas tengo un machete y una lanza, me reservo el primero para una emergencia.

Todos están en lo suyo, luchando; pero rápidamente los Penitentes toman ventaja y van acabando con nosotros. Comenzamos con unos 40 o 45, y ahora somos unos 30 como mucho.

En este tipo de situaciones, es difícil pensar específicamente tus movimientos, básicamente todo se basa en el instinto.

Cuando doy unos pasos hacia atrás, choco con alguien, que al voltearme descubro que es Alby. Sí vino.

- ¡Alby! -cierta felicidad me inunda.

- ¡Agachate, Newt!

Sin pensarlo hago lo que me pide. Alby arroja su lanza a un Penitente que estaba detrás de mí. Los sonidos metálicos son cada vez más estruendosos, ahí noto que uno está acercando su garra a Alby. Con la parte de la lanza que no tiene punta, le pego a mi amigo en los pies para que cayera. La miertera garra terminó haciéndome un gran razguño en mi espalda.

- ¡Mierda! -exclamé.

Para mi suerte, uno de esos garlopos monstruos me tomó de mi tobillo y me arrastró. Sentía como el metal se clavaba en mi piel y como la tierra entraba por mi herida abierta.

Mi vista se nubló a causa del dolor, ya no puedo ver bien todo lo que pasa, aunque todo se haga más lento me cuesta comprender lo que sucede a mi alrededor.

Cuando me recupero un poco, de lo siguiente que tengo certeza es de que estoy libre y Alby tiene clavado un metal en el pecho.

- ¡No, Alby! -mi garganta se desgarra con esas dos palabras.

Cae de rodillas al suelo, muerto. Las lágrimas comienzan a surcar mis ojos, y ahora son lo que entorpecen mi visión.

Era uno de mis mejores amigos, esa mierda lo mató. No voy a permitir que terminen con la vida  de otro de mis amigos.

Mi dolor se transforma en enojo, para luego ser el valor que tengo de seguir. Me levanto y corro parpadeando rápidamente y así disipar las lágrimas.

Minho está a unos metros, acorralado por un Penitente. Sin pensarlo dos veces me pongo entre ellos para bloquear el ataque con mi lanza.

«Minho estará bien»

- Toma el machete, Minho -digo, mientras sostengo la lanza sobre mi cabeza.

Con esta distancia entre el Penitente y yo, el olor a aceite es más intenso, es un olor que he aprendido a odiar.

Minho atacó con el arma que le di, parece que la criatura babosa esta cediendo. Suelta un quejido que me rompe los tímpanos, lo hemos vencido.

O al menos eso creí hasta que un relámpago de dolor atravesó mi cuerpo. En mi costado veo la reluciente punta de metal manchada de rojo.

- ¡No! -grita Minho.

Cuando el objeto sale de mi cuerpo, doy unos torpes pasos hacia atrás hasta llegar de la pared, luego me deslizo hasta el suelo.

- ¡Mierda!

Trato de mantener mis ojos abiertos, pero parecen pesar toneladas. Respirar se me hace más difícil y mi cuerpo está tembloroso. Mantengo una mano en mi costado como si fuera a ayudar en algo. No es así.

Perderé la memoria, pero jamás mi amor por ti (Newtmas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora