Perderé la memoria, pero jamás mi amor por ti (Newtmas)

Capítulo 11

Leer la información de al final. Por favor *u*

Newt PROV.

Es él, no cabe duda. No puedo dejar de mirarlo, aunque hace algunas horas que no lo veo, fue toda una eternidad para mí. Lo único que rompe el momento es que él no me ve, sin mencionar que estamos en un horrendo lugar y la compañía no deseada (alias: Teresa, la chica extraña y el Crank que está frente a ellos).

- Miralo -susurró Teresa- , es lindo, ¿no?

- No tienes ningún derecho de llamar así a Tommy.

- Quizá, pero miralo bien.

Aunque el rostro de Thomas expresaba miedo y angustia, era perfecto. No es la expresión que me gusta más en él, pero el no verlo por tanto tiempo... alcanza a llenar parte de un vacío en mi interior, pero solo parte.

- Si no haces lo que te digo -continuó Teresa- vas a causar que lo maten, y ambos sabemos que no quieres eso.

- Ni se te ocurra dañaele ni un cabello -amenacé, sin despegar la mirada de Tommy.

- Vivirá, en tanto sigamos las instrucciones al pie de la letra.

El cabello de Thomas se le pegaba a la frente por el sudor, respiraba lentamente como si cualquier movimiento causara que el Crank de enfrente los atacara.

Me pareció que el tiempo se detuvo.

- ¿Instrucciones? -pregunté- Si tú también las tienes que seguir, ¿de quién son las instrucciones?

- No estoy muy segura, pero dudo que quieras arriesgar a Thomas.

- ¿Como estoy seguro de que puedo confiar en ti?

Tommy tiene los labios entre abiertos, quisiera poder besarlo, quisiera siquiera estar a su lado; aunque esté ese Crank.

- Porque yo también quiero que esté a salvo -aseguró.

- Eso no es muy válido.

- Estoy arriesgando más que tú.

- ¿Qué estás arriesgando?

Los ojos de Tommy me hipnotizan, son lindos y profundos, los vería todo el día. Lo que daría por poder acariciar su mejilla, o hacerlo sonrojar.

- Te lo diré si aceptas. Tendrás que conformarte con eso.

No me agradaba la idea de ayudar a Teresa, pero siento que está diciendo la verdad. Esto no terminará bien.

- De acuerdo -dije a regañadientes.

El Crank se les acerco peligrosamente, y ahí salí de mi trance. Tengo que ayudarlo.

Iba a correr para partirle el culo a ese miertero, pero Teresa me detuvo.

- ¿Qué haces? -le digo- Esa cosa le trata de arrancar la nariz.

- Pues lamento decirte que no puede vernos, al menos nos en un buen rato.

- ¿A qué shunk te refieres? -no despego la vista de Tommy.

- No podemos dejar que nos vea. Recuerda: instrucciones al pie de la letra.

No pude decir nada. Teresa tomó mi brazo y corrimos. La figura de Thomas desapareció tras la sobra del Crank.

Thomas PROV.