Capítulo 13

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Newt PROV.

No sabía qué responder a su repentina declaración. A mí también me gusta de esa forma, pero no sé si es realmente el momento de dar el siguiente paso.

- Yo...

La puerta se abrió de golpe.

- Newt, ¿has visto al garlopo de Thomas?

Era Minho. El miertero Minho, que como siempre llega en el momento más inoportuno. Volteo y automáticamente lo miro con el ceño fruncido.

- ¡Ahí estás, Larcho! Es hora de irnos al Laberinto.

Mierda. Esto se llama mala suerte.

- Hablaremos luego, Tommy, tienes trabajo que hacer.

Asiente, y se va de mala gana. Minho me lanza una cómplice antes de cerrar la miertera puerta.

Llevamos horas revisando los mapas y tenemos las palabras Correr, Capturar, Sangrar, Morir, Estirar, Oprimir. Después se empieza a repetir el patrón.

Teresa parece muy concentrada en lo que hace, pero también parece ida. Platicaría más con ella, pero siento que hay algo con ella que no me gusta.

- ¿Llevas mucho tiempo aquí? -la chica rompe el silencio.

- Dos años -de repente los Novatos se interesan en mi tiempo de estadía.

- ¿Qué tanto ha cambiado el Área?

- Más de lo que te imaginas.

Trato de seguir con los mapas, sabiendo que no encontraremos otra cosa en ellos. Vale la pena intentar.

Entonces, comienzo a sentirme mareado. ¿Qué está pasando?

- Newt, ¿estás bien? -la voz de Teresa suena algo lejana.

- Sí, solo tomaré algo de aire fresco. Tú sigue, no te preocupes por mí.

Tambaleando un poco, salgo de la Sala de Mapas (lo que queda de esta). Todo se mueve y comienza a faltarme el aire. Lo más rápido que puedo corro hacia el Bosque.

En cuanto llego, me comienza a doler el costado. Mierda, duele demasiado, es como si tuviera clavado un metal muy caliente. Mi vista se nubla, pero no paro de correr.

Mi cabeza quema y los ojos se me ponen llorosos. Esto no es nada bueno, pero no puedo hacer nada si ni siquiera tengo la menor idea de lo que me está pasando.

Tropiezo, pero me estabilizo con un árbol. El dolor incrementa con el tiempo. Decido revisar mi costado y ver que pasa. Levanto mi playera, es repugnante, donde antes había un puntito rojo, ahora mi piel esta de un morado tan oscuro que podría confundirse con negro; también se me resaltan las venas de esa parte, hacen contraste con mi piel blanca.

Después de soltar un gruñido por el dolor, sigo corriendo. La parte coherente de mí, sabe que eso no mejorará nada, pero esa parte se va desvaneciendo por lo que es difícil hacerle caso.

En mi cabeza puedo escuchar voces esxtrañas a las que no se les comprenden lo que dicen. Solo entiendo pocas palabras que no logro siquiera retener.

Mi vista se empieza a oscurecer, el dolor incrementa y mis pasos se hacen más torpes. No sé de dónde estoy sacando la fuerza para correr tanto. A lo lejos, todavía alcanzo a oír los jodidos sonidos metálicos de los Penitentes.

Llega un punto en el que ya no veo nada, aunque a un siento cómo corro, y también siento como caigo al suelo, para luego no sentir nada más.

Thomas PROV.

Perderé la memoria, pero jamás mi amor por ti (Newtmas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora