Alya Louise Baudelaire era la simple vecina del chico Potter, pero ahora está tomando el tren a su tercer año de Hogwarts descubriendo su pasado y dándose cuenta que «Todos pueden traicionar a todos»
Perdiendo y ganando gente. Cayéndose y levantándo...
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HACIENDO MIS MALETAS CON DESGANE, SOY SINCERA MIS GANAS POR VOLVER A HOGWARTS SON BAJAS, por no decir nulas, hacía poco desde que Harry se fue a juicio, a pesar de los nervios de los demás yo estoy segura que quedara exonerado, ese chico tiene un talento extraordinario para seguir con vida.
— ¡Hogwarts! ¿No es emocionante? —Barnett tenía esa energía aturdidora en las mañanas.
— Claro, por fin veras que casa eres —Espeté con un toque de sarcasmo mientras tomaba mis maletas, la jaula de Viribus y las colocaba frente a la chimenea de polvos Flu.
— Es muy obvio que estaré en Hufflepuff, Molly dijo que Gryffindor sería lo mío —Comentó mientras me ayudaba con mis maletas faltantes— Pero la verdad es que Gryffindor parece agobiante, sin ofender chicos Weasley —Soltó a la nada.
— ¿Por qué te disculpas? Ellos no están aquí —Hablé curiosa.
— Oh no te dejes engañar, linda, ellos siempre-están-escuchando —Contestó susurrando lo ultimo.
Decidí ignorar su ultima petición, era cuestión de tiempo para que saliera a la casa Malfoy, mi misión era clara y llegar con Potter y los Weasley solo la empeoraría. Tomé a Viribus y la metí con cuidado a su jaula.
— Tengo que irme, nos vemos en Hogwarts, Barnett —Me despedí.
— Cuídate, linda —Dijo como ultima petición.
"Malfoy Manor" Espeté mientras tiraba los polvos Flu, no importa cuantas veces haga aquello mis tripas seguirán revolviéndose por el extraño sentimiento de viajar.
— Por un momento estaba convencido de que no te humillarías al grado de venir hasta mi casa, Baudelaire —Esa melodiosa voz. Por favor noten el sarcasmo.
— Aun así me esperaste parado frente a tu chimenea como todo buen mayordomo —Ataqué.
— Que me caigas mal no significa que no sea un hombre de modales —Se defendió.
— Eres un niño, serás un hombre cuando yo te diga que lo eres —Salí con cuidado de la chimenea con Malfoy expectante— No esperes que me resbale y caiga sobre tus brazos no soy tan idiota.
— Todo puede pasar, eres una caja de sorpresas, Baudelaire —Se mofó.
— Como sea ¿Podemos irnos ya al tren? —.
— No entiendo porque vienes a mi casa solo para acompañarme a la estación... o espera se la respuesta, estas enamoradísima de mi —Habló con ese egocentrismo a lo que solo lo asesine con la mirada— Oh, vamos, estoy jugando, antes de que te vayas ¿gustas un poco de té? madre hizo de más y me hizo prometer que lo terminaría.
Acepté la propuesta del té, en camino al tren me sentía nerviosa mi estomago tenía un nudo y mis manos estaban inquietas, entonces decidí beberlo para relajarme un poco. Entrando a el tren me despedí de Narcissa a lo lejos y entre junto a Draco.
