Alya Louise Baudelaire era la simple vecina del chico Potter, pero ahora está tomando el tren a su tercer año de Hogwarts descubriendo su pasado y dándose cuenta que «Todos pueden traicionar a todos»
Perdiendo y ganando gente. Cayéndose y levantándo...
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— QUE TU QUIERES HACER ¿QUÉ? —Soltó Barnett confuso.
— Unirme a Malfoy —Dijo Bella sentándose en una de las sillas del patio mientras que Barnett tenía una crisis nerviosa en el suelo de este.
— ¿Te estas escuchando, Hydrabella? ¡Es una estupidez! —Volvió a acotar Barnett estando al borde del colapso.
— Barnett, escúchame, nuestra misión es infiltrarnos en el mundo de los mortífagos, la misión de Draco es unirme a mi, ambos nos necesitamos —Explicó.
— Y el costo es ser novia del insufrible de Draco, después de todo. ¿No te haz visto, cariño? haz estado pegada a este chico durante dos semanas enteras, bajaste tus notas, alejaste a amistades, haz tenido bastantes problemas con la señora rosada, puedes creer que Potter ha estado tratando de hablar contigo y tu ni una mirada le haz regalado.
— Ese no es el tema ahora ¿Qué dices? ¿Le cuento a Draco lo que pasa y formamos una alianza?
Barnett no parecía querer confiar, su infancia le enseño de la manera más ruda que no cualquiera es digno de tu confianza.
— Anda, es un salto de fé —Añadió Bella.
Los ojos de Barnett se conectaron a los de ella en un debate infernal entre contar o callar.
—¡Hossein! ¿Vienes a jugar? —Preguntó a lo lejos un pequeño niño mientras corría por los largos prados de Estados Unidos, este iba en dirección al pequeño ojiverde sentado en las baldosas de la casa.
- No lo sé, no sé si me dejen salir -Contestó el pequeño Barnett.
- ¡Pregúntale a tus padres! -Acotó el niño una vez que llego a donde Barnett.
- Uhm, no lo creo, mejor vayan ustedes, después preguntare si puedo salir a jugar -Convenció un poco desilusionado.
- Vale -Aceptó el niño.
Barnett lo vio alejarse para después jugar a las atrapadas y al columpio con otros niños del lugar. Su vista siempre era la misma, ya que su tutor exigía que no podía salir a jugar con los demás.
- Oh, Barnett, sabes las razones por las que no puedes salir a jugar -Le consoló una voz detras de el.
- Lo sé, tío Regulus, pero aun así es triste sentirme diferente a ellos -Soltó Barnett girando a ver a su tutor.
Regulus era un tipo amigable pero de fuerte carácter, con ideologías firmes y enseñanzas maduras, Barnett había oído que llevaba tiempo trabajando en destruir horrocruxes, de hecho, pronto saldría de investigación por uno de ellos y dejaría a Barnett al cuidado de la tía Blythe por un tiempo.
