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(21 de Diciembre, 1980)—Ya es mi hora de partir —habló una joven de unos hermosos ojos verdes y una ondulada cabellera castaña. En sus brazos, cargaba a una pequeña bebé dormida, y a su lado, estaba un joven de unos profundos ojos grises y una cabellera despeinada de color azabache.
—¿Tan pronto?, Eileen apenas tiene 8 meses —dijo el joven pelinegro.
—Lo siento mucho, hoy es el solsticio de invierno, y me necesitan en el Olimpo —respondió la joven—. Los cuidaré desde el allá, es una promesa —abrazó al joven a su lado y le entregó a la pequeña—. Los quiero.
La mujer enseguida desapareció con un gran brillo, dejando pequeñas y verdes hojas esparcidas por el suelo de la habitación.
—De ahora en adelante seremos tú y yo, pequeña Eile.
Y el joven pelinegro salió de la habitación, con la pequeña aún en brazos.(31 de Octubre, 1981)
Aquel joven de los profundos ojos grises conducía en su moto por las calles, con la pequeña niña de ya un año en la cabina de a un lado.
A lo lejos, se pudo escuchar un fuerte estallido el cual provocó que el joven se detuviera rápidamente. Miró a todos lados en busca de humo o alguna señal para ubicar el lugar del estallido. Pudo ver que este provenía de una casa a lo lejos. Asustado, condució hasta aquella casa.Al llegar, se encontró con lo que más temía, allí, frente a sus ojos, se encontraba la casa de los Potter hecha pedazos. El joven quedó paralizado, pero al escuchar un ruido proveniente de aquella destruída casa, sacó su varita. Poco a poco pudo ver como una gran figura alta y robusta salía de aquella casa.
—¿Hagrid? —preguntó el joven, bajando su varita lentamente.
—¡Oh! Sirius —se sobresaltó aquella gran figura.
—¿Qué hacías dentro de la casa?
—Vine a recoger al pequeño Harry —explicó Hagrid—. Ordenes de Dumbledore.
—Espera, ¿dices que Harry está contigo? —preguntó Sirius, buscando al nombrado con la mirada.
—Si, aquí esta.
Mostró un pequeño bebé dormido entre su gran chaqueta de cuero.
—Gracias a Merlín, ¿y James y Lily? ¿todavía están dentro de la casa? —preguntó Sirius, a lo que Hagrid bajó la vista y negó con la cabeza.
—Lo siento mucho —dijo, poniéndole una de sus grandes manos en el hombro del joven—. Será mejor que me vaya, no quiero llegar tarde.
—Pero yo soy el padrino de Harry —lo detuvo Sirius—. Yo soy el que debería cuidarlo.
—Dumbledore me dio estrictas ordenes de llevarlo con él —respondió.
Sirius, no muy convencido con su respuesta, abrió la boca para decir algo más.
—¿A dónde lo llevarán? —preguntó—. Ambos padres de Lily y James están muertos.
—Con sus tíos, según lo dicho.
—¿Con sus tíos? —preguntó sin darle crédito a sus oídos—. ¿La hermana de Lily?
—Eso asumo.
—¡Esa mujer es un monstruo! —gritó—. ¡Y su esposo es todavía peor, lo único que le pasará a Harry en ese hogar son maltratos y abusos!
—Sirius, no fue mi decisión —repuso—. Fue la de Dumbledore.
—Espero que sepa que no me quedaré de brazos cruzados dejando a mi sobrinos ser maltratado.
—Si no lo sabe, yo se lo diré —dijo Hagrid—. Se lo haré saber, lo prometo.
—Bien —asintió el pelinegro—. Mínimo llévate la moto, no quiero que le suceda nada más al pequeño Harry.
—¿Seguro?— preguntó y Sirius asintió—. Gracias, de verdad.
Hagrid se montó en la moto y la arrancó. Después, desaparecio por los aires hasta ser cubierto por una densa nube.
La mente de aquel pelinegro daba vueltas. La muerte de sus amigos, la traición de Peter, el pequeño Harry sin padres a una contra edad, aquellos pensamientos no lo dejaban pensar con claridad.Cuando pudo recomponerse , volvió su mirada a su pequeña hija, que se encontraba parada a su lado suyo jugando con su pequeño broche, completamente callada.
—Ven Elie, tenemos que buscar a alguien —dijo, tomándole su diminuta mano y caminando en busca de ese alguien llamado Peter Pettigrew.Ahí se encontraba aquel traicionero, a unas cuadras cerca de la casa destruida de los amigos que traicionó y vendió a Voldemort .
—Eile, escóndete atrás de aquel arbusto y no salgas hasta que yo llegue por ti —dijo, apuntando a un arbusto al otro lado de la calle.
La pequeña asintió y se dirigió hasta aquel arbusto.La niña todavía se encontraba detrás del arbusto señalado por su padre. Ya habían pasado varios minutos y todavía no llegaba por ella. Lo único que se podía escuchar eran fuertes gritos, pero a pesar de eso, seguía escondida en aquel lugar, esperando la llegada de su papá.
Había pasado un buen tiempo desde que su padre le indicó esconderse en aquel arbusto, que perdió la noción del tiempo y calló dormida.
Apenas pasando cinco minutos, una delicadas manos la movieron haciendo que despertara.
—¿Eileen? —sonó una suave voz proveniente de una mujer encapuchada.
—¿A..pá?—bostezó la pequeña niña.
—Gracias a Merlín —agradeció la mujer encapuchada—. Ven conmigo, tu padre no podrá venir.
La mujer cargó a la pequeña niña y se la llevó en brazos.Caminaron un rato hasta llegar a un pequeño callejón que daba vista a una gran y amplia calle, en ella estaba aquel joven pelinegro, junto una docena personas tiradas por el suelo.
—¿S-Sirius? —habló la temblorosa voz de la mujer, el pelinegro levantó la vista intentando ubicar de donde provenía aquella voz.
Antes de que el pelinegro pudiera decir algo, fue tomado bruscamente por unas manos. Pero antes de desaparecer de aquel lugar, logró formar una palabra entre gritos.
—Cuídala —gritó en francés, un idioma que aparentemente no entendieron las personas que lo tenían agarrado.
—Papá... —balbuceo la pequeña niña, levantando su mano esperando que su papá llegara a tomarla como siempre hacía, pero aquella mano nunca llegó.
—Vámonos de aquí, pronto vendrá tu papá. Ya lo verás —sonó cortada la voz de la mujer, se podía notar que estaba sollozando intentando contener las lágrimas lo más que podía.
La niña después de ver a su padre, volvió a caer dormida mientras se acurrucaba en los brazos de aquella mujer que aparentemente su padre conocía.Después de aquella larga siesta, la pequeña niña abrió sus ojos. Se encontraba en un pequeño cuarto blanco. Al ver que no se encontraba en aquel callejón con su padre y la mujer encapuchada, se sentó en la cama rápidamente.
—¿Pa-pá? —balbuceó pasando su mirada alrededor de la habitación. Una puerta se abrió dejando paso a una joven rubia con una ropa un tanto extraña.
—Oh, ya despertaste —dijo aquella rubia joven— Mi nombre es Lyra, esta es mi casa.
—¿A-quí? —balbuceó la pequeña niña.
—Sí pequeña, estás en la casa de mi marido, Rodolf Lee. Te traje aquí. Estabas abandonada en los arbustos. Ven, te mostraré tu cuarto.
La mujer tomó delicadamente las manos de la niña y la bajó de la cama. Después la llevó por un largo pasillo, en el cual al final había una puerta decorada con pequeñas hojas hechas de plata. La mujer se apresuró a abrir la puerta.
—Esta será tu nueva habitación.
Era una habitación pequeña, tenía una cama individual la cual contaba con una colcha verde, a su lado, un pequeño escritorio con unos cuantos libros viejos.
—Espero te guste, cuando crezcas la podremos decorar a tu gusto —dijo la joven, tomó en sus brazos a la pequeña y salieron de la habitación—. Ven, te mostraré el resto de la casa.><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><>
Un capítulo pequeño, lo sé y perdón, pero el próximo será más largo, este fue pequeño ya que solo quería mostrar como comenzó todo. El próximo ya será unos cuantos años en adelante. Y empezará lo interesante.
Y también para decirles (aunque quizás no les interese) ¡Hoy es el cumpleaños de Eileen!
Licha 🐾
Capítulo empezado el 10/01/2021
Capítulo terminado el 17/01/2021
Capítulo subido el 22/04/2021
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La Hija de Demeter en Hogwarts
Fanfiction꧁𝚈𝚘 𝚗𝚘 𝚋𝚞𝚜𝚌𝚘 𝚕𝚘𝚜 𝚙𝚛𝚘𝚋𝚕𝚎𝚖𝚊𝚜, 𝚎𝚕𝚕𝚘𝚜 𝚖𝚎 𝚋𝚞𝚜𝚌𝚊𝚗 𝚊 𝚖𝚒, 𝚢 𝚍𝚎 𝚊𝚕𝚐𝚞𝚗 𝚖𝚘𝚍𝚘 𝚞 𝚘𝚝𝚛𝚘, 𝚜𝚒𝚎𝚖𝚙𝚛𝚎 𝚖𝚎 𝚎𝚗𝚌𝚞𝚎𝚗𝚝𝚛𝚊𝚗, 𝚎𝚜𝚊 𝚎𝚜 𝚖𝚒 𝚟𝚒𝚍𝚊, 𝚕𝚊 𝚟𝚒𝚍𝚊 𝚍𝚎 𝚞𝚗 𝚜𝚎𝚖𝚒𝚍𝚒𝚘𝚜꧂ ...