La ceremonia había terminado. Todos estábamos confusos, ¿habrá un cuarto campeón? ¿Los profesores lo dejarán participar? Él es menor de edad, eso va en contra de las reglas, según lo dicho por Dumbledore. Dumbledore levantó la voz: —Dados los acontecimientos anteriores, les pido a cada estudiante que vaya a su respectiva sala común —dijo—. Mañana hablaremos sobre lo ocurrido. Buenas noches a todos. Los estudiantes de las mesas se levantaron rápidamente. Dumbledore caminó de regreso a la mesa de los profesores. Parecían ansiosos. Pronto, todos los profesores se levantaron y caminaron ansiosamente a las puertas por donde los campeones pasaron en su momento. —¿Creen que lo dejen entrar al torneo? —preguntó una voz entre nosotros. Nos dimos la vuelta, era Ethan, junto con Aren atrás. —No sé —respondí—. Quizás lo haga, es parte de las reglas, ¿no? —Sí —dijo Aren—. Dumbledore dijo que cuando el cáliz escogiera a un campeón, él o ella estarían obligados a continuar en el Torneo hasta el final. Supongo que eso podría aplicar, aunque él no pusiera su nombre. —No creo que Dumbledore dejara que Potter participara —dijo Ethan—. Dicen que es su favorito. —Incluso si el director estuviera de acuerdo, algún profesor no lo estaría —comentó Cole. —Seguro que Snape no sería uno de ellos —dijo Aren. —Sí, creo que lo odia —respondí. Nos quedamos ahí un tiempo. —Creo que deberíamos irnos —dijo Aren—. Es tarde, si nos quedamos nos mandarán a detención. Nos levantamos. Ethan se me quedó viendo. Estaba viendo mi pie. Me había olvidado que lo tenía vendado. —Eile ¿qué te ocurrió en el pie? —me preguntó asustado. —Cole y yo estábamos en el Lago Negro y me tropecé —expliqué—. Me enterré una piedra. —¿Ya estás mejor? —Sí, no hay que preocuparse.
Cuando salimos del comedor, Aren se me acercó. —Eso no fue lo qué pasó, ¿verdad? —¿Pasó de qué? —Lo de tu pie. —¿Qué te hace pensar eso? —Cole. Su cara no se vió tan convencida como la tuya —explicó—. Pero tengo que decir, tu cara y tu voz se vieron y sonaron muy convincentes. Felicidades, hasta un profesor podría caer. Entonces, ¿qué pasó? —Luego te lo cuento, ahora quiero dormir —le dije—. Ya que Cole no me dejó dormir todo lo que quería.
Después de esa charla, cada quien fue por su lado. Aren e Ethan fueron para la sala común de Slytherin y Cole y yo a la de Gryffindor. —Aren nos descubrió —le dije cuando nos habíamos alejado de la multitud de los pasillos. Me miró. —Él no se tragó lo del Lago Negro —expliqué—. Dice que tu cara no se vió convincente. Debes mejorar eso si quieres mentir o que alguien te ayude a mentir. —¿Y lo que tú dijiste sí que lo tragó? —Sí —respondí. Él hizo una mueca. —Me dijo que si no hubiera sido por ti se lo hubiera creído —dije—. Aunque creo que Ethan sí lo hizo. —Perdón. —No te lo tomes tan a pecho —le froté la espalda—. Es nuestro amigo, no creo que diga algo que nos pueda perjudicar. Además, ya sabes que Aren puede ser muy observador en ese tipo de cosas... o al menos cuando está de humor. Asintió. Quizás le afectó más de lo que esperé. Hubiera sido mejor mencionarlo de otra manera. Aunque eso es raro en él, normalmente no le importaría tanto sentimentalmente, tan solo lo mejoraría, como suele hacer con todo.
