Capítulo XXI

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   El desayuno de la mañana de la tercera prueba fue un caos en la mesa de Gryffindor. Las lechuzas iban de un lado a otro entregando cartas. Harry recibió un trozo de pergamino doblado con la huella de una pata de perro. Mi padre debió haberla mandado para desearle suerte. A mi lado, Cole también recibió un trozo de pergamino con la misma pata de perro, a lo que celebró y la abrió rápidamente con una sonrisa en su rostro.

   Después de el encuentro que tuve con mi padre hace ya unos meses, nos hemos mantenido en contacto mediante cartas. Incluso Cole le ha llegado a mandar una que otra carta con el fin de que le pueda enseñar cómo hizo para poder ser un animago. Por lo que tengo una gran sospecha que el trozo de pergamino que recibió es una respuesta a uno de esas cartas que le envió.
   Con respecto a Ηαrry, varias cosas han cambiado. Él se ha acercado más a mí para charlar un rato, e incluso se ha sentado junto a mí en los desayunos y alguna que otra clase. Mi padre me escribió diciéndome que se tomó muy bien la noticia de que yo era su hija. Que él, al igual que yo, sentía que nos conocíamos de algún lado, pero ninguno podía recordar de dónde. Mi padre no lo decía, pero podía estar segura de que se alegraba mucho de nuestra buena relación amistosa. A final de cuentas, mi papá es la última familia agradable que le queda a Harry.

...

   Después de la cena, nos encontrábamos todos caminando hasta el lugar en que la tercera prueba tendría lugar. Este era un largo valle, en el cual se alzaba una enorme mata de arbustos de más de tres metros, rodeándolo todo, dejando tan solo cuatro posibles entradas, una para cada campeón.
   Justo frente a las tribunas, había una pequeña explanada, en la que estaban los campeones y algunos profesores.
   —¡Sonorus! —conjuró  Dumbledore, haciendo que su voz resonara por todo el lugar. El alboroto cesó—. Hoy, el profesor Moody ha colocado la Copa de los Tres Magos en el laberinto. Debido a que el señor Diggory y el señor Potter están en primera posición, serán los primeros en comenzar, seguidos por el señor Krum y la señorita Delacour —se escuchó una gran ovación dirigida hacia los campeones—. La primera persona que toque la copa, será el ganador.
   Sonaron muchos más aplausos. Cada quien gritaba y vitoreaba al campeón que querían como ganador, y los de la tribuna de Gryffindor no tardamos en gritar el nombre de Harry. Queríamos que él fuera el campeón.
   —Los profesores rondarán el perímetro. Si un campeón desea retirarse antes de terminar, tendrá que lanzar chispas rojas con su varita —Dumbledore se volvió hacia los campeones—. Campeones, acérquense.
   Ellos se acercaron a Dumbledore y él les dijo algo que el publico no pudo escuchar.
   —¡Campeones, prepárense! —dijo, lo cual sí pudimos escuchar todos los que estábamos en las tribunas.
   Los campeones se acomodaron en cada una de las cuatro entradas.
   —A la cuenta de tres. Uno... —comenzó a contar Dumbledore, pero inmediatamente el cañón sonó, dando inicio a la prueba.
   Harry dudoso entró al laberinto, a lo cual su abertura se cerró automáticamente, evitando la vista al interior del laberinto. Esperaba que todo saliera bien. Le deseaba mucha suerte.

La Hija de Demeter en Hogwarts Donde viven las historias. Descúbrelo ahora