Le abrí la puerta y pasó delante de mí.
Llevaba una gorra negra puesta al revés, unos jeans, y un abrigo azul sin capucha. Me fascinaba cuando se colocaba la gorra al revés, parecía un badboy, aunque solo era un goodboy.
—Hi darling.
Sonrió y me abrazó. Mis manos buscaron con torpeza su espalda para corresponderle el abrazo.
Por primera vez estaba cerca de él. Su cercanía me provocaba un extraño bienestar. Me sentía protegida, a salvo, tenía la sensación de que todo estaba bien.
Su tibio cuerpo se sentía bien contra el mío. Por un momento no quise que ese abrazo terminara nunca.
Lo invité al kiosko de la casa. Preparé un café para mí, y para él un té.
—Sé sobre el día que tuviste el accidente, y siento que todo fue mi culpa —dijo.
—Por favor, cuéntame que pasó.
Le dió un sorbo a su té y respiró profundo.
—Bueno....
—Antes que nada dime tu nombre —interrumpí.
—Mi nombre....—Se llevó una mano a la nuca—. No es un nombre que me guste mucho, además....
—Solo dímelo, prometo no burlarme. No quiero parecer una ridícula diciéndote 11-20-36 para siempre.
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11-20-36
Teen Fiction"Debo recordar, debo recordarlo" ----- No copias ni adaptaciones. (Borrador)