| My Queen | [2]

Chapter nine

Todos en algún momento habrán sentido un fuerte dolor en el pecho, algo que les impedía respirar, que les impedía decir alguna palabra. Freya nunca pensó vivir eso. Siempre pensó que sus más cercanos estarían con ella por la eternidad, sobre todo los hermanos, hijos de Odin. Pero ese pensamiento se esparció como tierra en sus manos cuando veía a Loki luchar por mantener los ojos abiertos.

En ese momento, Freya sentía su rostro húmedo por la lágrimas al ver que poco a poco perdía al único que había demostrado amarla. Sus manos acunan el rostro de Loki y acaricia levemente sus mejillas, el pelinegro se odió por hacerla llorar, pero no había vuelta atrás.

—Lo siento, lo siento...

—Está bien—susurra Freya acariciando su cabello. —No tenías que hacer eso. No tenías que...

—Te estaba haciendo daño. No podría... nunca, dejaría que nadie te lastime—miente, porque sabía que él la estaba lastimando. —No llores, mi reina. Es lo único que no te luce.

Freya suelta una leve risa e inevitablemente junta su frente con la de él. —Loki, yo...

—Te amo, Freya... Y, y si volviera a nacer, me... enamoraría de ti—murmura con un poco de dificultad. Tensa su mandíbula al sentir sus ojos humedecerse. —Me volvería a enamorar de ti sabiendo que...

—Te amo—le interrumpe y sorbe su nariz. —Te amo tanto que me siento una idiota por no haberme dado cuenta antes.

El corazón de Loki se acelera sintiéndose muy feliz, pero su sonrisa se desvanece al saber que no podría vivir para escucharlo con más frecuencia. —Te tardaste.

—Lo sé, y quisiera volver el tiempo para decírtelo desde el primer momento.

—Sigue tu vida, mi reina... Tú tienes un gran valor, algo que ninguno de nosotros... merece—habla entrecortado sintiendo la sangre salir por su boca, lleva su mano a la de ella que no se había alejado de su rostro. —Te mereces... lo mejor del universo.

—Loki...

—Solo, solo necesito que... —Freya niega cuando ve que respira profundo y su piel se empieza a tornarse gris. Entonces llora al ver que lo había perdido, abraza el cuerpo inerte del pelinegro a su pecho mientras se culpaba de su muerte.

—No, no, vuelve... por favor... —suplica soltando un sollozo, Thor baja la mirada al saber que no pudo despedirse de su hermano. Sin embargo, sabía y comprendía que ese era el momento de Freya, él ya había perdido su momento. —No me dejes. ¡No!