IX

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Nuevas Rutinas.

Si para mi era extraño recibir una llamada, era peor recibirla de Samantha Larusso, ni siquiera sabía que ella tenía mi número

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Si para mi era extraño recibir una llamada, era peor recibirla de Samantha Larusso, ni siquiera sabía que ella tenía mi número.

-Hola Jane. - Dijo cuando contesté. - Estaba cerca de tu casa y pensé que quizá podríamos pasar por el dojo de Aisha para tener una tarde de chicas.

-¿Sigues estando cerca? - Pregunté, lo próximo que sabia era que estaba en el auto de la ex de mi mejor amigo esperando a que Aisha salga de Cobra Kai.

- ¿Entonces tendrás un acto de Ballet dentro de seis días? - Preguntó y asentí. -¿En el Teatro Newt Hansen? - Volví a asentir. - ¡Mi madre nos compro boletos! Estaré cerca de la primera fila así que te veré perfectamente.

-Eso es genial Sam, aunque solo actúo dos veces en la obra, al comienzo y al final. Pero la obra vale la pena. -Dije sonriendo. - Aunque estoy algo cansada del Ballet, quiero empezar algo nuevo.

-Si te gusta el Karate quizá puedes unirte al dojo de mi padre, el y su alumno están remodelando el lugar, podrías comenzar. - Si tu lo haces yo también.

-Está bien, iré mañana, pero no le digas a Aisha, me odiara por eso. - Sonreí amable, no sonaba como una mala idea aprender a defenderme. - Lo peor es que estoy en mis días y en el acto tendré que usar un tampón.

-Ugh los odio, me hacen sentir extraña. -Dijo asqueada.

-Me hacen sentir más virgen de lo que soy. - Reímos y escuchamos la voz de Aisha insultar a alguien a lo lejos.

-Si, púdrete Bert. - Se giró hasta que su mirada encontró las nuestras. - Hola, ¿Qué hacen aquí? ¿Ya lo pensaron y se unirán a las cobras? Nos faltan chicas y tres son mejor que una.

-Soy una bailarina Aisha, demasiado fuerte para ustedes, no los dejaré mal parados.

-Si, claro. - Rio Sam. - Las traje para invitarlas a hacer algo, ir a caminar o al club de playa, Jane viene, ¿tu?

-Me encantaría, pero iremos a la casa de Halcón a ver una película llamada Halcón, el sensei duce que debemos discutirla, ¿Quieres venir? - Detrás de ella salieron Eli y Miguel riendo por lo que Sam se incomodó.

-No, pensaba tener una tarde de chicas - Aisha se percato de porqué Sam no quería ir.

- Deberían venir, quizá hablan y resuelven sus cosas. - Sugirió.

-Tal vez la próxima. -Dijo cabizbaja.

-Bueno. Lo siento. - Detrás de Aisha Miguel se ataba los cordones y Halcón miraba a su alrededor, lo salude con la mano pero pareció ignorarme.

- Nos vemos. - Saludó Sam y Aisha se fue junto a Miguel, Eli estaba mirando su teléfono.

-Iré a saludar a los chicos, me esperas aquí, ya vuelvo. - Salte fuera del auto y corrí hacia mis amigos

-Halcón, hola. - Saludé sonriendo. - Ayer no me respondiste los mensajes, debo saber si vendrás a mi acto, así te compro una entrada.

-Si, claro, el viernes no? - Preguntó sonriendo.

-No, el domingo, al bailar buscaré a el chico con cabello cool. - El rio cabizbajo. - Estoy muy ilusionada, ahora es mi turno de estar en el escenario.

-Si...-Dijo irritado, algo se traía entre las manos.

-¿Está todo bien Eli? Luego escríbeme, iré con Samantha a un día de chicas. -

- Ahora eres amiga de la ex de Miguel...- Dijo sorprendido. - Sabía que eras idiota pero no creí que tanto.

- Miguel sigue enamorado de ella, yo puedo ser su amiga. -Reí ignorando el insulto. - Como sea, me tengo que ir, nos vemos el domingo. - Volví al auto donde Sam me esperaba.

Estaba cansada de ignorar los insultos de Halcón, la forma en la que le hablaba a Demetri, como fingía que era mejor que todos, su constante falta de atención hacia mi me dolía, ya ni siquiera me respondía los mensajes.

-¿Qué quieres hacer?- Me preguntó al subir.

- Enséñame un poco del maldito Karate. - Ambas sonreímos y fuimos a su casa en donde me mostró algunos movimientos, era casi como bailar.

-Nada mal...- Nos sorprendió su padre. - Esa patada trasera baja es fuerte, pero te deja vulnerable al ataque.

- Hola papá. - Dijo Sam incómoda.

- Hola señor Larusso, soy Jane Sermand. - Me presenté.

- Estuviste en el torneo, alentabas a los chicos de Cobra Kai, ¿no? -

- Si, señor, me gustaría empezar karate. - Sonreí estrechando su mano.

- ¿No lo harás con tus amigos? - Negué. - ¿Por qué?

- Mi mejor amigo comenzó Cobra Kai y cambió su actitud radicalmente, para peor, mi otro amigo quiso entrenar y el profesor lo humilló. Yo no quiero transformarme en otra persona ni ser humillada, solo quiero defenderme.

- Entonces estás en el lugar correcto, bienvenida Jane.

- Gracias señor, volveré mañana. - El asintió. - Sam, luego escríbeme a que hora debo venir.

Esa hora era de noche, luego de mi práctica de ballet llegué y allí estaba Robby Keene.

-Hola Robby. -Saludé, el me miró extrañado. - Cierto, tu no me conoces, soy Jane, haré karate con el Sensei Larusso.

- Hola Jane, te conozco, pero no se de dónde.

-Tercera fila, gritaba mucho en el torneo, también te vi en la fiesta en la que Miguel golpeó a Sam.

-Oh...- asintió. - Que haces aquí si eres amiga de los de cobra kai.

-No debo explicarte, además, también soy amiga de Sam.

- Si veo que eres una espía...- Lo interrumpí.

-¿Crees que tengo el tiempo para ser espía de alguien? Escucha, no quiero ser una molestia para ti si lo que quieres es exclusividad con Larusso pero los demás también queremos aprender karate sin ser unos bandidos. - El entendió y acto siguiente llegó el sensei hablando sobre no querer venganza solo paz o algo así, en esa charla descubrí que Robby era hijo de el sensei de Miguel y que ambos sensei eran enemigos de la infancia.

Ya habíamos hecho muchas quehaceres sin sentido cuando Sam llegó.

-¿Hay lugar para una más?

- Si. - Dijo feliz el señor Larusso .

-Pintaron la casa y lijaron la plataforma ¿Ósea que me salvé? -Dijo sonriente

-No, ya te daré alguna tarea, ven. -Rio y se abrazaron dulcemente. - Muy bien, en un día ya triplique el equipo, tengo un buen presentimiento. Bien, deberían descansar. Porque este verano pasarán mucho tiempo aquí. -El equipo de karatecas nos miramos sonrientes, pero había algo mas en la manera en la que Robby miraba a Sam, luego investigaría, quizá Miguel si tenía derecho de estar celoso.

Slippery CeramicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora