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El tiempo de Brillar.

Finalmente era domingo y mi acto se avecinaba minuto a minuto, el primer vestuario era oscuro, una flor marchita en busca de agua, los pétalos arrugados adornaban mi cabeza y cabello corto

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Finalmente era domingo y mi acto se avecinaba minuto a minuto, el primer vestuario era oscuro, una flor marchita en busca de agua, los pétalos arrugados adornaban mi cabeza y cabello corto.

- Jane, sales en 20 minutos, te han venido a visitar ¿ Los dejo pasar ? - Preguntó la profesora Seymour asomando la cabeza. - Dicen ser tus amigo.

-Diles que pasen. - Obviamente Sam no era porque ella y su familia ya habían venido, mis hermanas están en la universidad  y mi hermano y padres me dijeron que no podrían visitarme antes de la función porque la abuela no podía usar las escaleras de los camerinos. - Miguel, Aisha y Moon. - Dije al verlos pasar por la puerta y corrí a abrazarlos.

- Vinimos a desearte suerte, ahora vienen los demás. - Dijo Miguel y por la puerta entró Demetri.

- ¡Demetri! - salté en sus brazos apretándolo fuertemente con los míos, el rio devolviéndome el abrazo levantándome del suelo por unos segundos y luego me bajo. -  ¿Dónde está Halcón?

- Está abajo, en los asientos, hoy Miguel lo golpeó fuertemente en las piernas y no puede moverse muy bien. - Respondió Moon nerviosa.

-Que lástima.

-Si pero te envía saludos y suerte. - Dijo Aisha.

- Gracias, por venir chicos, estoy muy emocionada y todos están aquí apoyándome, es el mejor día de mi vida. - Sonreí feliz.

-Solo hacemos lo que tu harías por nosotros, Jane.

-Lo que dice Miguel es cierto, pero dios santo Jane te ves...-Moon fue interrumpida por Demetri que soltó sus primeras palabras desde que llegó aquí.

-Hermosa...- Suspiró sonriendo, causando que me sonrojara. - Es cierto, te ves radiante McFly.

-Gracias Doc. - Mi sonrisa era tan grande que apostaba que se me veían todos los dientes.

-Nosotros nos iremos a buscar nuestros asientos, si quieres quedarte unos minutos más aquí te guardaremos el lugar. - Dijo Miguel a Demetri y este asintió. -Mucha suerte, Marty, deslúmbralos. - fue lo último que dijo antes de que todos menos Demetri se fueran.

- ¿Te sientes lista? - Preguntó mientras nos sentábamos.

- Si, estoy segura de esto. - Sonreí mientras me colocaba la sombra marrón - Me ayudas a colocarme el labial, jamás lo hice bien.

-Claro. - Se lo dije apropósito porque lo quería tener cerca, se que no tengo oportunidad con el, pero colocar labial nunca le ha hecho mal a nadie. -¿Ese? - Preguntó señalando el que tenía en mis manos.

-No, el inexistente. Obviamente idiota, es el que tengo en mis manos - Reí.

-No hay porque ponerse agresiva. - Dijo quitándome el labial de las manos. - Pon los labios en posición. - Con su mano izquierda me tomaba del mentón y con la derecha pintaba mis labios entreabiertos. Mi respiración era acelerada y solo hasta ahora me di cuenta que había sido una mala idea, pero su cara de concentración valía los nervios.

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