1. El cumpleaños de Dudley

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Habían pasado casi diez años desde el día en que los Dursley se despertaron y encontraron a sus sobrinos en la puerta de entrada pero Privet Drive no había cambiado en absoluto. El sol se elevaba sobre los mismos jardincitos iluminaba el número 4 de latón y sobre la puerta, todo era igual. Solo las fotografías de la repisa de la chimenea eran testimonio del tiempo que había pasado. Nueve años antes, había una gran cantidad de retratos de lo que parecía una gran pelota rosada con gorros de diferentes colores pero Dudley Dursley ya no era un niño pequeño, y en aquel momento las fotos mostraban a un chico grande montando su primera bicicleta, en un juego de la feria, jugando con sus padres, besado y abrazado por su madre... La habitación no ofrecía señales de que allí vivieran otros niños.
Sin embargo tú estabas todavía dormida pero no por mucho tiempo.
Tu tía Petunia se había despertado y su voz chillona era él primer ruido del día.

-¡Arriba! ¡A levantarse! ¡Ahora!
Me desperte con un sobresalto. Mi tía llamo otra vez a la puerta.
-¡Arriba!- chilló de nuevo. Encendió la lavadora y oí sus pasos en dirección a la cocina.
Mi "habitación" si así se podía llamar era el cuarto que estaba al lado del cuarto de lavar. Allí había un pequeño colchón y era lo único que cabía.

Me di la vuelta y trate de recordar el sueño que habías tenido. Había sido bonito. Había una moto que volaba. Tenía la curiosa sensación de que había soñado lo mismo anteriormente.
Mi tía volvió a la puerta.
-¿Ya estás levantada?- quiso saber.
-Casi -respondi
-Bueno date prisa quiero que vigiles el tocino y no te atrevas a dejar que se queme, quiero que todo sea perfecto el día del cumpleaños de Dudley.
Gemi.
-¿Que has dicho? - grito con irá desde el otro lado de la puerta.
-Nada,nada...

El cumpleaños de Dudley...¿Cómo habías podido olvidarlo?. Me levante lentamente y comenze a buscar mis calcetines, encontré un par debajo de la cama y después de sacar una araña de uno me los puse. Estaba acostumbrada a las arañas porque en el cuarto en donde dormía habían muchas.
Cuando estuve vestida sali al recibidor y encontre a Harry.
-Hola- Dije con voz ronca.
-Hola- contesto Harry, y después bozteso.

Entramos en la cocina. La mesa estaba casi cubierta por los regalos de cumpleaños de Dudley. Parecía que éste había conseguido el X-box nuevo que quería por no mencionar el segundo televisor y la bicicleta de carreras. La razón exacta por la que Dudley podía querer una bicicleta era un misterio para nosotros,ya que Dudley estaba muy gordo y aborrecía el ejercicio excepto si conllevaba pegar a alguien por, supuesto. El saco de box favorito de Dudley era Harry o yo pero no podía atraparnos muy a menudo por que aunque no lo parecía nosotros somos muy rápidos.

Harry y yo siempre habíamos sido flacos y Harry era muy bajo para su edad además parecida más pequeño y enjunto de lo que realmente era porque todas las ropas que llevaba eran prendas viejas de Dudley nuestro primo que era 4 veces más grande que él.
Tío Vernon entro a la cocina cuando estaba dando vuelta al tocino.
-¡Péinate!- bramó como saludo matinal a Harry.
-¡Tiñe tu cabello de un color más normal!- sin duda esta vez se refería a mi.

Una vez por semana, tío Vernon miraba por encima de su periódico y gritaba que Harry necesitaba un corte de pelo y que yo tenía que teñirme el cabello. A Harry le habían cortado más veces el pelo que el resto de los niños de su clase todos juntos,pero no servía para nada, pues su pelo seguía creciendo de aquella manera por todos lados. Y a mi en cambio me han teñido el cabello muchas veces pero no sirve de nada porque al otro día mi cabello tiene el mismo tono rojizo.

Harry estaba friendo huevos y yo estaba con el tocino cuando Dudley llegó a la cocina con su madre. Dudley se parecía mucho a tío Vernon. Tenía cara grande y rosada,poco cuello,ojos pequeños y abundante pelo negro que cubría su cabeza gorda. Harry decía que Dudley parecía un cerdo con peluca.

Harry y yo pusimos los platos sobre la mesa, era difícil porque había poco espacio. Entretanto Dudley contaba sus regalos. Su cara se ensombresió.
-Treinta y seis - dijo mirando a su madre y a su padre-. Dos menos que el año pasado.
-Querido, no has contado el regalo de tía Marge. Mira, está debajo de este grande de mamá y papá.
-Muy bien, treinta y siete entonces- dijo Dudley poniéndose rojo.

Podía ver venir a un gran berrinche de Dudley, comenzó a comerse el tocino lo más rápido posible,por si volcaba la mesa.
Tia Petunia también sintió el peligro por qué dijo rápidamente:
-Y vamos a comprarte dos regalos más cuando salgamos hoy. ¿Qué te parece, pichincito? Dos regalos más ¿Está todo bien?
Dudley pensó durante un momento. Parecía un trabajo difícil para el. Por último dijo lentamente.
-Entonces tendré treinta y...treinta y...
-Treinta y nueve- dije ya desesperada, tía Petunia y tío Vernon me miraron mal, mientras que Harry reprimía una sonrisa. Yo mientras por debajo de la mesa le di una patada.
-Oh-Dudley se dejó caer pesadamente en su silla y tomo el regalo más cercano- Entonces está bien.

Tío Vernon río entre dientes.

-El pequeño diablillo quiere que le den lo que vale, igual que su padre.¡Bravo Dudley! -Dijo,y revolvió el pelo de su hijo.

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Hola a todos mis lectores, espero que el capítulo de hoy les haya gustado.

¡Que tengan un excelente día 🌈!

Nos leemos en el próximo capítulo.

Si son nuevos por aquí no olviden dejar su mágico votos porque solo los magos pueden hacerlo los muggles no pueden. Y si tú puedes felicidades eres un mago o bruja.

Para los magos abrazos y para los muggles balasos

Travesura realizada.✨

𝗟𝗮 𝗼𝘁𝗿𝗮 𝗣𝗼𝘁𝘁𝗲𝗿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora