Capitulo 1

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25 de enero.

Sydney, Australia

Nuevo comienzo.

Aileen

Un nuevo amanecer comenzó para mí. Llevo unos cuantos días en esta nueva cuidad, y lo único que me queda de mi vida justo ahora es Kai, quien no me ha dejado ni a sol ni a sombra, tanto así que pidió al juez que le permitiera estar conmigo en el servicio social, por suerte este acepto.

Empaco las pocas cosas que saque de las maletas mientras nos alistamos para abandonar el hotel, finalmente el encargado de mi supervisión aquí envió por nosotros, no creí que debería vivir con él y su familia, pero tal parece que eso es una obligación más de mi condena.

¿Mi corazón? Mi corazón no puede estar peor, no solo por el hecho de que Seth no volvió a llamar, sino porque es imposible sanar, por más que quiero e intento hablar con Peter o con alguien en los Ángeles, sencillamente mi voz y mi fuerza desaparecen. Según mi amigo es normal llevar un dolor así, él cree que estar aquí un tiempo me ayudara con mi dolor, pero ya no sé si pueda llegar a ser quien era.

Aun al otro lado del mundo el tema del homenaje continua siendo tendencia en todas las redes, los ataque y mensajes de ánimo, de mis fans viven en una competencia constante, asi que Kai elimino todas mis cuentas dejando lejos de Hollywood.

Los empleados del hotel llevan nuestras maletas hasta una lujosa camioneta blanca, donde un hombre de traje y corbata nos espera, su expresión es demasiada seria y fría. Me asombra el lujoso auto, creí que el servicio social que prestaría, seria a personas necesitadas y con problemas, en cambio nos recoge un auto de lujo.

El camino es largo y una hora y media después, en un lado de la carretera vemos un cartel "THE GOLD" luego de este el paisaje es toda una maravilla. Bosques, naturaleza, aire limpio, un edificio blanco muy aplico quedan en medio de este paisaje. Y al lado contrario el inmenso mar, con aguas mágicas las cuales adornan la carretera, la cual finaliza en la entrada de una mansión cuatro veces más grande que la de Hollywood.

El chofer estaciona y baja rodeando el auto, toma mi puerta y la abre ayudándome a salir. Kai toma mi mano sobreprotegiéndome.

—¿Qué significa ese letrero de hace casi 30 kilómetros? —pregunta Kai al chofer.

—Desde el aviso hasta aquí son los terrenos de la familia Gold. Todo pertenece a ellos.

—¿Y porque estamos aquí?

—Si no lo sabe usted señor, menos yo. —responde hostil.

—La amabilidad no es una cualidad de los australianos —gruñe por lo bajo Kai.

Las puertas principales color negro se abren solas lentamente dejándonos ver a el mismo Mr. Gold con el que hable dos o tres veces en California, tras él, tres chicos, dos chicas y una mujer. No podría decir cuál de todos es el más elegante ya que visten con traje y corbata, y las mujeres con vestidos y tacones, haciéndolos ver como si fuesen la misma familia real de Londres

El chofer nos hace una señal con la mano para que avancemos. De la mano de Kai, subimos lentamente los escalones brillantes de la entrada hasta quedar frente a ellos. Mr. Gold me da una sonrisa, centrando sus ojos azules en mí.

—Bienvenida, ¿Cómo quieres ser llamada aquí?

Pregunta mientras toma mi mano y la besa en el dorso. Me sorprende verlo aquí.

—Me presento, soy Kai Evans y ella es Aileen Banks, a usted lo vi dos veces en Los Ángeles, ¿Verdad?

Mi amigo responde por mi, y le ofrece la mano a Mr. Gold quien le responde el saludo amable. Los ojos de toda esta gente se centran en mi haciéndome sentir más incómoda.

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