Capítulo 8

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Coctel


Una semana desde aquella discusión en la casa de descanso de mi familia. Decidí no volver a la mansión para no cruzarme con mi Adhara, para mi familia no es extraño mi ausencia, solía hacer lo mismo cuando era un adolescente, desde que mi mama murió, el imperio Gold dejo de sentirse como mi hogar

Vivía allí solo por estar cerca a Belle y protegerla, a Agustín siempre le ha avergonzado mostrar a su hija con la alta sociedad, en los ventos especiales e inauguraciones de los diferentes hoteles, siempre tenía la excusa perfecta para la ausencia de Elizabelle, aun así, no permitió que me la llevara conmigo cuando me largue, así tendría un seguro de que yo volvería tarde o temprano.

Alquile un penthouse en el centro de la cuidad, desde aquí tengo una vista plena de la casa de la ópera y el puerto Darling y el Cicular Quay. Las bellezas más deslumbrantes de la capital. Viví en este lugar cuando comencé a asociarme con Alejandro Parker, mi vida se limitaba a las pistas de carreras, peleas callejeras, fiestas, y más carreras.

Llevar ese ritmo de vida era lo que me hacía ocultar el dolor por mi madre. No existe noche que no tenga pesadillas sobre esa noche. Mamá, Elizabelle y yo, en la sala de estar, como todos los martes viendo películas y comiendo helado. El ruido de un arma en la puerta principal sobresalto a mi madre, quien intento escondernos, pero eran demasiado los criminales

Nos rodearon y la atacaron, golpearon y torturaron frente a nosotros dos, mi hermana de 7 años gritaba y lloraba, escondiéndose tras un sillón mientras yo quien solo era un niño mimado de 14 años, intente proteger a las dos mujeres que más amaba, pero fue imposible, eran más grandes y más fuertes que yo

Me encerraron en el armario por horas, en medio de la oscuridad mis oídos solo escucharon los gritos de sufrimiento de mi madre y mi hermanita solas con esos putos. Lo que paso cuando estuve en esa oscuridad a la que ahora tanto le temo, es todavía un secreto, Elizabelle es la única testigo, pero decidido reprimir sus recuerdos en el trastorno que ahora padece.

Mis hermanos no Vivian en Australia y mi padre no estaba en la mansión, el primero en llegar fue Agustín, quien abrió la puerta donde estaba encerrado. La imagen del cuerpo de mi madre lleno de golpes y sangre sobre la alfombra, mi hermana abrazando nuestra madre ya helada por tantas horas de muerta es la imagen que permanece intacta en mi memoria.

Los gritos de Agustin reclamándome y culpándome fue lo que me hizo notar, que si había un culpable de lo que paso era yo, debía cuidarlas y no lo hice, no fui capaz. Nunca fui como mis hermanos, yendo de casa aprendiendo a manejar armas, yo prefería estar con mi mamá, tocar el piano y disfrutar de cada segundo con la mujer que me dio la vida. Quizá si en ese momento hubiera sido ese experto en armas justo como ellos, mi madre no estaría muerta.

Arrojo la copa que tengo en la mano al suelo, esa noche no la olvidare jamás, no solo porque mi hermana y yo quedamos con varios traumas de trastornos que son parte de nosotros, sino porque encontrar y acabar con el tipo que asesino a mi madre no fue suficiente justicia para mí.

—Esa copa costaba mil dólares. —Habla Derek entrando.

—Quiero comprar este lugar.

—Hablare con el dueño, ni pregunto cómo amaneciste hoy.

—Tuve una noche de mierda, la peor de todas. —le enseño el tarro de fluropaxina en mi mano — Ya ni esto me sirve.

—¿Las mismas pesadillas?

Se acomoda en el sillón frente a mí, sacando la Tablet de su portafolio. Muevo la cabeza en señal de afirmación.

—Y cuándo dormías con la diva estas pesadillas se iban ¿Correcto?

FRENESÍ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora