Capítulo 4

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Hermanos Gold Ainsworth




Despierto a causa de los brincos de Samuel en mi cama. Enciendo la lámpara de mi mesa de noche y lo miro.

-En cinco minutos entrara Paola a la habitación de Benedit.

-¿Y yo que puedo hacer? Déjame dormir -vuelvo a tumbarme en la cama y cierro los ojos.

Se levanta y me jala de los pies. Refutó molesta y me levanto acomodando mi bata. Toma mi mano y me arrastra a fuera.

El pasillo esta oscuro, apenas y se ve un pequeño camino, con las velas que cuelgan en cada extremo del pasillo cerca al techo, las cuales están resguardas en una lámpara de cristal que le da un toque fabuloso a la decoración del lugar.

Pasamos por la puerta del dormitorio de Kai, el cual está a mi lado, frente a su puerta está la puerta con el nombre de Samuel. «Que coincidencia» Seguido esta el de Emiliano y el de Benedit, me pregunto donde queda el de Seth y Elizabelle, ya que al final del pasillo solo hay 4 dormitorios más para los invitados.

-Métete a la cama de Benedit.

-¿Que? No, eso es una locura, me sacara d e una patada.

-Es un caballero no hará nada. Además me ayudaras a darle una lesión a Paola.

Cuando todas las velas se apagan a la vez autimqtifamente, no nos queda más que guiarnos por la luz del teléfono de Sam, parezco un zombie andante.

Estoy considerando que no fue buena idea darle confiaza a este hiperactivo Gold. Un ruido afuera de la mansión, me hace alertarme. Sam me desordena el cabello y sonríe.

-Esperare aquí afuera. -informa- Escondido en la oscuridad.

Abre la puerta para mi y me empuja adentro antes de volver a cerrarla. El cuarto de Benedit es cuadriculado. Todo en una simetría perfecta, su ropa está organizada por color, y por prenda.

Corro a la cama cuando la ventana del balcón se abre, me meto bajo las cobijas y lo abrazo por la cintura. Duerme con una pijama negra de seda, elegante, hasta para dormir parece robotizado.

Abre los ojos y se altera al verme, sonrio mirándolo. No se porque acepte esta mierda, seguro me saca de un grito y todos me tacharan como la buscona.

-Paola esta aquí, solo finge. -susurro en su oido antes de abrazarlo.

Pasa su brazo por mi espalda y me atrae a él, cierra los ojos y vuelve a dormir. Las puertas se abren, Paola viene en un vestido muy corto color azul o eso es lo que parece ya que solo la veo por el reflejo de la luz de la luna

Toda la habitación está en una oscuridad profunda, es imposible que nos vea. Camina hacia la cama y cuando está a punto de subirse en ella toso, dejándola congelada en su lugar.

-Ben, hueles delicioso. -musito bajo.

-Muñequita, duerme ya.

Contesta y besa mi frente

-¿Me traes agua? Tengo mucha sed bebé.

Pido con toda la intención de que hagamos una escena dramática con esta mujer. Ben se levanta y enciende la luz dando dos aplausos al aire, otro lujo más de esta casa. Los ojos de Paola se abren ampliamente al verme en la cama junto a Benedit, parece no creer que hay otra mujer en la cama de Mr. Robot. La miró y fingí sorpresa con una pizca de molestia.

-¿Que hacés tu aquí? -Indago.

Al ver que no responde, me siento sin salir de las cobijas y la miro peinando mi cabello.

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