Capítulo 3: Marco

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Había pasado ya una semana y no había rastros de esa chica, esa chica era fuego, su carácter me encendía y enfurecía a la vez ¿Quién se creía que era para hablarme así? Esta situación no me hacía nada de gracia. No estoy acostumbrado a esto, es tan simple, yo las miro, y se calientan al solo tacto de mi mirada, pero ¡No se enojan! Su actitud hacia mí, como si fuera un simple niño el cual se porta mal, no me gustaba para nada.

-¡Eh! ¡Tío! Reacciona, tu cara parece como si te acabaras de enterar que es el fin del mundo. -Me dice Liam. - Mira, resumiendo, queremos reunirnos nosotros y las personas que conocimos la semana pasada del mismo hotel en la piscina por la noche, tomar, emborracharnos, follar, ya sabes, lo típico, y luego irnos a la sala del último piso del edificio. Sabes que dije que no se podía, pero... – le guiña el ojo a una muchacha, tiene traje de empleada del hotel así que supuse que follaron.

-Tu sí que sabes cómo conseguir lo que quieres, esa chica está buenísima.

-Ya sabes, nadie se me resiste, mejor dicho, se NOS resiste, bueno, excepto Ayla – Se ríe.

-No te vayas con esa, además, no me importa, es solo una niñata adolescente – Me di cuenta de que era adolescente por el color de la pulsera que traía del hotel. Pulsera roja, menores de edad, y pulsera azul, mayores de edad.

-Eso no quita que no quiera follar contigo, pero si tú lo dices...

-Mira, tú sabes que yo follo con quien quiera. -Le digo un tanto molesto.

-Mejor dejemos este tema que no llegamos a ni una parte. Salgamos de este hotel y vamos a comprar tequila, whisky y cosas demás. Hay que preguntarle a los chicos que se unirán que quieren, nos puse a cargo de las compras, así que más vale salir ahora.

-Vaya que andas responsable.

-Para fiestas siempre, ya sabes. -Es verdad, Liam puede ser el más irresponsable de este mundo, pero cuando es para pasarlo bien, ni un detalle se le escapa.

Después de comprar todas las cosas que necesitábamos, nos unimos con todos los que dijeron que vendrían, ya eran las 11 de la noche y nos pareció la hora ideal.

Había música, alcohol, pero todo a los que se llama controlado, ya que lo más divertido venía en la última planta del hotel. Al llegar a la piscina, estaban todos con trajes de baño, conversando y esperando a que sirviéramos los tragos.

-Liam, vamos a poner los tragos a barra libre– Me acerco a Liam, que está conversando con dos chicas.

-Hola guapo. – Me saluda una chica morena, tiene un bikini diminuto de color rojo que resalta todas sus curvas, es sexy, y sus piernas largas y tonificadas es como si me estuvieran llamando. Tiene un acento súper atractivo, seguramente no es de este país.

Le guiño el ojo como respuesta.

-¿Quieres tomar algo? – Le pregunto a la vez que Liam se queda conversando con la otra chica.

-Claro, ¿que hay? – Al ser el encargado de las compras sabía exactamente dónde estaban todos los tragos, así que, que mejor oportunidad para quedarnos solos.

-Sígueme.

Llegamos a un lugar más alejado, donde, admito que ahí no se servían los tragos, estaban los de repuesto, en caso de que se acabaran los que dejamos en la barra libre. Saco una botella de tequila y dos vasos de chupito o shot.

-Ya que el tequila es típico de México, y estamos en México, no queda de otra, es definitivamente la mejor opción.

-Si el tequila es igual de bueno que tú, me encantaría.

-Eso es imposible nena.

Sirvo los dos vasos y a la cuenta de tres, tomamos los dos. La cosa acá era obvia, así que entre más shots tomábamos, más nos acalorábamos.

Entre conversa y jugueteo, me acerco a su boca y la estampo contra la pared, nos besamos con furia, no había tiempo para besos lentos, los besos eran de hambre, sin ni una pizca de amor. Empiezo a dejar besos por el cuello, lentamente, cosa que le gusta. Luego me acerco a su oreja y le susurro al oído.

-Hay un espacio donde no va nadie, está al fondo

Bueno, sabía que no tan vacío, pero si no teníamos mala suerte, no nos toparíamos con nadie. Era una pequeña sala, con una puerta sin seguro, pero estaba seguro de que no pasaría nadie, y, a decir verdad, en ese momento, no me importaba.

Al llegar, nuestros besos eran cada vez más desesperados, bajo las manos y le quito la parte de arriba del bikini y empiezo a bajar lentamente, siento como se mueve, su respiración agitada, sus manos en mi cabeza.

Baja sus manos a mi traje de baño y los empieza a bajar lentamente para dejar la tentación intacta.

-¡Mierda! Aquí no es – Escucho una voz que nos interrumpe. Me doy la vuelta y no alcanzo a ver quién era.

-¿No qué no pasaba nadie? -Me dice la chica morena, no recuerdo su nombre.

-Eso creía. -Le digo como única respuesta. Luego me voy, y aunque sea de mala forma, me da lo mismo, la voz que nos interrumpió se me hizo muy conocida. Me subo un poco el short, ya que estaba más bajo de lo normal y me dirijo a la piscina.

Al ir donde todos estaban, veo a Mario con una chica de cabello negro como ébano, ojos verdes y un vestido negro que le quedaba como segunda piel, resaltando todas sus curvas, Ayla.

Subiré el cuarto capítulo ahora mismo, será un poco más largo, pero con más acción, espero lo disfruten.

INSPO RESORT DONDE ESTÁ AMBIENTADA LA HISTORIA

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