Capítulo 5: Ayla

12 4 0
                                    

Me voy de la sala donde nos encontrábamos y me dirijo a donde estábamos antes, busco a Mario y a mi hermana, pero veo que no están por ni una parte, me desesperaría al no encontrarla, pero sé que ella es súper cuidadosa en ese tema. Le envío un mensaje, y me responde casi de inmediato, ella está bien.

-¿Andas perdida? Porque parece que sí. -Me dice Liam.

-Si, mi hermana desapareció con tu amigo, y ya no tengo más compañía que mi misma.

-¿Y Marco? Estoy seguro de que te vi con él, ¿follaron cierto? – Al mirarlo comprendí que estaba un poco borracho. – Yo te puedo acompañar si quieres, como amigos, claro. –Por su expresión vi que era verdad.

-¿Amigos? Veo que entras en confianza así de rápido. –Ambos sonreímos. – Por cierto, si somos tan amigos, ¿de dónde eres?

-¿Ubicación? Es peligroso dar las direcciones a extraños.

-¿No éramos amigos?

-Tienes razón, dime, ¿de dónde eres?

-Yo pregunte primero. -Le digo con una sonrisa.

-Bueno, quizás no tan amigos. Pero te digo algo, venimos de vacaciones con Marco- me lanza una mirada de ya tú sabes quién es. -Mario y Rena. Llegamos el mismo día que jugamos contigo voleibol. Por cierto ¿cómo eres tan buena? Joder, perdimos 6-1, fue una paliza.

Me río por su comentario, sus caras eran para retratarlos en el momento de perder.

- Digamos que me gusta ese deporte, lo juego desde pequeña.

-¿Es posible ser más pequeña?

-Que no te engañe esta pulserita que llevo puesta, ya cumpliré los 18.

-Awww 18 recién, pero que grande. -Me dice como si le estuviera hablando a un bebé.

-Ya no te burles, que esta pequeña te ganó. Además, con suerte me ganas por un año por lo que veo.

-Es verdad, la pequeña me ganó, y no doy mi edad si es lo que intentas ¿y tú qué haces aquí?

-Venimos con mi familia, ya conociste a mi hermana mayor. Y también vine con mi papá y mi mamá, un viaje familiar.

-Reconozco que los viajes en familia son entretenidos, pero con amigos, esos son mucho más que entretenidos. -Su borrachera disminuía cada vez más.

-Algún día. -Le digo suspirando.

-Hablando de entretenido, ¡Que haces con ropa! Dale que nos metemos a la piscina.

-¿Estás de broma no?

-Claro que no, metámonos con los demás.

-No llevo traje de baño. - Le digo bajito

- ¿Y cuál es el problema?

-Lo acabo de decir.

-Bueno, o te metes tu o te meto yo. ¡Marco! – Lo llama. Él está en una esquina. - Adivina que, Ayla no se quiere meter a la piscina. - No, por favor, él no. Veo que se acerca cada vez más a nosotros, y esa sonrisa que acababa de hacer no me indicaba nada bueno.

- ¿Cómo qué no se quiere meter? -Sonríe nuevamente, definitivamente no viene algo bueno- Solucionaremos este problema.

Llega donde nosotros a un paso acelerado y me dice.

-Los problemas tienen solución.

Se acerca hacia mí y me levanta a vista de todo público.

-¡Por dios mi vestido! ¡Qué se me ve todo! ¡Suéltame!

-¿Te suelto? -Hace un gesto de tirarme a la piscina. –A tus órdenes.

-¡No! No me sueltes, por favor. – Le digo en un tono más calmado a ver si hace lo que le pido.

-Mira que yo te cubro. -El vestido pegado al cuerpo que traía no ayudaba en nada, pone las manos en la terminación del vestido, para que no me puedan ver nada. Siento sus manos, por suerte mi vestido no es tan corto.

-¡Bájame! No te estoy preguntando, te lo ordeno.

-Con que ordenarme ¿eh?

-Si, te ordeno que me bajes. – Al ver que no me bajaba y estábamos cada vez más cerca de la piscina mi paciencia se agota. - ¡Bájame idiota!, ¡gilipollas! ¡Marco! -Le doy golpes en la espalda con mis puños para ver si de alguna puta vez me suelta.

Me tira hacia la piscina junto con él, como podía ser tan estúpida, era obvio que cualquier cosa involucrada con Marco, no era buena idea.

Al salir a la superficie, se acerca hacia mí.

-Lo que hiciste, eso no se hace. -Lo dice cada vez más cerca de mi oído.

-Mira, si te dejo con ganas, es cosa tuya.

-¿Con ganas? Yo estoy hablando de tirar la mitad del Whisky al suelo. – Sonríe.

-Bueno, pues tu gusto...- No se me ocurría que decir, le había dicho que lo había dejado con ganas, ni siquiera se refería a eso. Si no fuera por el agua estaría ardiendo de vergüenza. - Tu gusto es un asco.

-Pero si me gustas tú. – Que gilipollas, en serio, sus respuestas no paran. Esta vez yo ganaré, no será él el que me deje con la boca cerrada, antes de responderle, alguien se tira al agua junto a nosotros. Me pilla tan de sorpresa que se me sale un grito.

-Chicos lamento arruinarles la aventura, pero iremos a la azotea.

-Nada que chicos, yo me voy.

-Que le has dicho esta vez Marco. - Marco solo ríe y hace como que no sabe.

-Yo me voy porque yo quiero, no por él, el no afecta en nada a mi vida.

-Bueno, ándate, total tus padres no se darán cuenta que llegas con todo el vestido mojado, y adivino, tus padres no sabían que vendrías. -Dice irónicamente Marco.

Tenía razón, les dije que saldría un rato con mi hermana a ver el show que hacen todos los fines de semana en el hotel.

-Pues me iré a secar.

-Mira trenzas, yo que tú, me saco ese vestido y lo seco con un secador- Dice Liam

-Y donde crees que voy a sacar un secador, genio.

-Pues de nuestra cabaña, donde más. Lo siento Ayla, pero me tengo que ir, ves a la chica de allá- la chica sonríe coqueta a lo lejos -me está esperando.

-Quedamos solo tú y yo trenzas.

-Te he dicho que no me llames así.

-Bueno... entonces no podremos ir con esa condición. Será mejor que te vayas, aunque tus papás se den cuenta, ya sabes...

-Llámeme como quieras.

No es capítulo nuevo, sorry, lo dividí en dos un capítulo anterior.

Llámame como quierasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora