-Por allí Lili, ¡Es perfecto! ¿No te parece?
Pregunté de manera efusiva señalando el hermoso y gran árbol a unos cuantos metros de distancia, Lisa asintió con una suave sonrisa en sus labios caminando hacia el lugar señalado con la canasta de picnic en la mano, al verla alejarse corrí hacia ella cuál niña pequeña adelantándome hasta llegar al árbol para poder extender la manta en el césped. Una vez extendida me senté en una esquina de la manta observando a Lisa llegar con una sonrisa en su rostro; se veía realmente hermosa aquel día ya que llevaba puesto el vestido de lunares rojos por petición mía y no podía evitar observarla, era sencillamente espectacular y placentero para mi vista el hacerlo.
-Listo señorita Jennie.
Sonreí suavemente hacia ella dando pequeñas palmadas a mi lado vacío para que Lisa se sentara allí; observe la hermosa y despejada vista frente a nosotras. Nos encontrábamos en uno de los jardines de la mansión, como este se encontraba un poco alejado de los principales no se veía a ningún empleado por allí, por lo que el pasto era un poco más largo y acolchado que el de los demás y las flores se encontraban dispersas por todo el terreno lo que hacía que se viera aún más hermoso. Cerré mis ojos sintiendo la fresca brisa acariciar mi piel recostando mi cabeza en el hombro de Lisa, por su lado ella recargo su cabeza en la mía y mirándola por el rabillo del ojo la vi imitarme cerrando sus ojos al dejarse invadir por el momento.
-¿Estás feliz Lili?
Pregunté de repente aún con los ojos cerrados, Lisa tardo tan solo unos segundos en responder, asistiendo con su cabeza ante mi respuesta. Con una sonrisa en mis labios abrí los ojos para poder observarla completamente, incline ligeramente mi rostro hacia el suyo al mismo tiempo que ella repetía mi acción para mirarme desde lo alto, el pánico inundo mi cuerpo al tener su rostro tan cerca del mío obligándome a levantarme rápidamente del lugar para estirar mis brazos automáticamente simulando que necesitaba hacer aquello en excusa por alejarme de aquella manera de su lado, observe a Lisa por el rabillo del ojo quien me observaba fijamente, el fresco semblante que tenía segundos antes cambio volviendo a la usual seriedad para después apartar la vista de mi llevándola hasta la canasta de picnic.
-¿Le gustaría comer ahora señorita Jennie?
Pregunto Lisa tomando la canasta de picnic entre sus manos, yo negué regresando a mi posición anterior en la manta y, con su mirada atenta en cada movimiento que hacia, le quite la canasta de las manos para colocarla en otro lugar asegurándome de que su contenido no se derramaría; una vez hecho eso regrese a lado de Lisa quien al verme se acomodo en su lugar colocando sus piernas hacia un lado para después alisar el vestido asintiendo a mi dirección, sonreí acostándome en la manta colocando mi cabeza sobre sus piernas sintiendo al instante sus dedos colándose por las fibras de mi cabello, cerré los ojos disfrutando de tan agradable sensación abriéndolos segundos después para encontrarme con la suave mirada de Lisa en mi, sus labios encontrándose ligeramente curvados regalándome una dulce sonrisa.
-¿Sabes Lili? siempre había querido hacer esto. Cuando era pequeña vi un cuadro en donde habían dos siluetas haciendo un picnic, recuerdo haberle dicho a mi madre que quería hacer uno pero nunca se dio la oportunidad... ¿Tu hacías cosas con tu madre antes de venir?
Pregunte curiosa observando a Lisa quien detuvo los movimientos en sus dedos por unos segundos mientras pensaba su respuesta para después continuar con las caricias.
-No tengo mamá señorita Jennie bueno, no la conozco. Desde que tengo memoria siempre le he servido a diferentes familias.
La observe un tanto asombrada al escuchar aquello sintiendo un pequeño malestar en mi pecho por haber preguntado, Lisa por su parte se mantenía inexpresiva ante lo dicho.
ESTÁS LEYENDO
DONCELLA.
Romance©️Todos los derechos reservados. Jennie Kim, agraciada e inteligente, proveniente de una prestigiosa familia y destinada a desposar al joven Blossom. Lalisa Manobal, introvertida y cautivante, parte de la servidumbre de la familia Blossom. Dos jóv...