"Ojos azabache."

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- ¡NO JOSEPH DETENTE! –Grite con todas mis fuerzas al ver a Lisa ser golpeada salvajemente por Joseph.

–¡LA VAS A MATAR, POR DIOS! -Suplique tratando de zafarme de los brazos de Alessia quien mantenía su agarre alrededor de mi cintura.

- ¡ERES UNA MALDITA DEGENERADA! –Grito Joseph propinándole otro puñetazo a Lisa quien se mantenía de pie a pesar de los golpes ya recibidos, observe a Alessia con impotencia no pudiendo creer que la amable y protectora señora que antes conocía dejara que masacraran a Lisa de aquella manera por mi culpa. - ¡COMO TE ATREVES A APROVECHARTE DE MI ESPOSA, MALDITA!

Un nuevo golpe llego a la barbilla de Lisa haciéndola tambalear en su lugar, Joseph gruño impotente al verla regresar a su posición sin ánimo de defenderse. Observe la escena aterrada, deseando detener el tiempo para así poder ir por mi castaña y escapar con ella, sin embargo, ahí estábamos, mientras que yo luchaba torpemente contra Alessia tratando de escapar de su agarre, Joseph golpeaba ferozmente a Lisa quien a pesar de toda la sangre que goteaba de su rostro se mantenía aun de pie.

Desesperada busque los ojos de Joseph tratando de llamar su atención al gritar su nombre, sin embargo, nunca me devolvió la mirada, el hombre se encontraba en un trance siendo la ira y el odio los anfitriones de este, el rencor se manifestaba en su rostro distorsionando sus facciones siendo sus ojos los mayores reflectores del odio y repudio que sentía hacia la persona frente a él.

-Alessia por favor… Suélteme… Lisa… Ella no se merece esto… Esto es mi culpa, por favor… -Suplique nuevamente a la mujer, sin embargo, su mirada se mantenía perdida en algún lugar de la biblioteca.

Sentí mi corazón hundirse en mi pecho al ver a Joseph empezar otra paliza hacia Lisa, desesperada pisé con todas mis fuerzas el pie de Alessia quien por el repentino ataque me soltó permitiéndome correr hacia Joseph.

- ¡ES SUFICIENTE JOSEPH! –Grité colocándome en medio de ambos con mis brazos extendidos en un intento de proteger a mi castaña, quien en cuanto me vio correr hacia ellos abrió los ojos con temor como primera reacción.

-Quítate de en medio Jennie. –Pidió Joseph tembloroso por la ira, negué con la cabeza sosteniendo su furiosa mirada. - ¡QUE TE QUITES MALDITA SEA!

Grito provocando un sobresalto en mi cuerpo, sentí a Lisa acercarse a mí, sintiendo su cuerpo rígido en alerta a los siguientes movimientos de mi marido.

-Joseph, escúchame por favor. –Rogué tratando de acercarme a él. – Lisa no tiene la culpa de nada…

El miedo que invadió mi cuerpo al recibir por primera vez la mirada de Joseph en mí, hizo temblar mi valentía. Aquella dulce y comprensiva mirada que me regalaba todos los días ahora estaba llena de confusión y dolor que poco a poco se iban transformando en ira.

-De que demonios me estás hablando Jennie…

La habitación quedo en total silencio en espera de mi respuesta, mi corazón empezó a palpitar velozmente dentro de mi pecho al ser incapaz de describir como había empezado todo aquello, sentí a Lisa tomar uno de mis brazos al observar a Joseph con la vista perdida en algún lugar de la biblioteca, razonando mis palabras. Con el corazón en la garganta observé sus dañados puños cerrándose lentamente mientras que un terrible chillido se presentaba al fondo de mi cabeza. Los vellos de mi cuerpo se erizaron al sentir su mirada cargada de odio y rencor puesta sobre mi persona.

Lo siguiente que sentí fue a Lisa tirando de mi cuerpo provocando que callera a un lado de ellos justo antes de que Joseph pudiera siquiera tocarme, caí sobre la alfombra de la biblioteca observando aturdida como Lisa forcejeaba con Joseph evitando que este se acercara a mí, quería pararme y detenerlos, quería alzar la voz y ser fuerte. Para Lisa y por mí.

DONCELLA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora