"A pesar de todo."

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Me levante con cuidado, tratando de hacer los mínimos movimientos para no despertar al hombre acostado a mi lado; lentamente levante el edredón colocándolo suavemente al lado mío para después mover mi cuerpo poco a poco hasta llegar al borde de la cama, una vez allí, dezlice una pierna fuera de esta observando de reojo a Joseph para luego deslizar la otra pierna hasta tocar el frio mosaico de mármol.

Suspire aliviada al salir por completo de la cama observando el cuerpo inerte de mi esposo agradeciendo a Dios por el hecho de que tuviera el sueño pesado; no queriendo tentar a mi suerte camine hacia la puerta con pasos ligeros y lentos observando por última vez a Joseph antes de salir de la habitación.

-Lisa, ¿estás aquí?

Pregunté en un susurro al entrar a mi habitación, cerré la puerta detrás de mi entrecerrando los ojos en un fallido intento de ver la silueta de la castaña en la oscuridad. Suspire maldiciendo por lo bajo al pensar en una Lisa cansada y desilusionada de esperar mi llegada; había perdido mi oportunidad de estar con ella.

"¡Demonios, Joseph!"

Maldije, recordando el inútil intento que hice al pedirle a Joseph no dormir a su lado, sin embargo, el joven había alegado la distancia y el tiempo fuera de casa, diciendo que me extrañaba y que sentía una brecha entre ambos.

"Como si aquello fuera mi culpa o fuera de mi interés."

Recargue mi cuerpo sobre la puerta descansando por unos cuantos minutos pensando en si sería prudente ir en busca de Lisa, pero, ni siquiera sabía en donde dormía, ¡¿Cómo es que nunca le pregunte?!

Camine con pesar hacia la ventana esperando no golpearme con ningún mueble, dejaría que la luz de la luna iluminara mi habitación y me ayudara a pensar con claridad que hacer; esperando aquello, corrí la cortina, observando con cansancio la brillante esfera suspendida en el cielo.

Necesito verla.

Sin pensarlo más, di media vuelta deicida a ir en su búsqueda sobresaltándome al ver el cuerpo inerte de Lisa sobre mi cama. Con el corazón latiendo fuertemente debido al susto mezclado con la emoción, me acerqué a ella sintiendo una chispa encenderse en mi interior llenando cada fibra de mi cuerpo de alegría al verla.

Caminé hacia ella, sentándome delicadamente a su costado evitando despertarla, su relajado rostro me hacía pensar que quiza llevaba varios minutos si no es que horas durmiendo, sonreí tontamente al pensar en la castaña escapando de Alessia y esperando por mí.

"Que preciosa eres."

Pensé observando las delicadas facciones en su rostro, la tenue luz de la luna iluminaba la mitad de este haciendo que su piel brillara cual porcelana, de manera inconsciente acaricie su ceja con mi dedo índice sonriendo al verla arrugar ligeramente su nariz debido al inesperado contacto.

Me levante caminando hasta el otro lado de la cama para luego meterme bajo las sabanas con suavidad, lentamente acerque mi cuerpo al suyo pasando con delicadeza mi brazo por su cintura intentando abrazarla.

- ¡Lisa!

Exclame sorprendida al sentir el fuerte agarre de la menor en mi muñeca, la castaña se volteó rápidamente observando mi rostro con ojos alarmados soltando lentamente mi muñeca al reconocerme, un quejido salió de mis labios en cuanto mi muñeca fue liberada sintiendo aún el ardor de su fuerte agarre plasmado en mi piel.

-Señorita Jennie... Yo... Lo lamento.

Se disculpó Lisa rápidamente bajando la mirada, sus manos se habían convertido en puños apretando el cobertor con ellas. Podría jurar que, si el cobertor tuviera voz, estaría gritando por auxilio en estos momentos. Acaricie sus manos, levantando su mentón con mi mano derecha logrando que sus ojos conectaran con los míos percatándome de la angustia y el disgusto reflejados en ellos.

DONCELLA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora