"Promesas."

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Fruncí el ceño al ver a la joven caminar hacia la parte trasera de la casa, un candil iluminaba parte de su camino y su mano libre, en la cual llevaba lo que parecía ser un plato hondo igual al que llevaba cuando se cruzó conmigo en la cocina. Sintiendo los latidos de mi corazón ensordecer mis oídos tome la tela de mi vestido entre mis manos para levantarlo y poder salir corriendo detrás de la joven de ojos azabache sin exponerme a alguna caída.

-Señorita Jennie, es momento de ir a la cama.

Me paralice en mi lugar al escuchar la suave voz de Alessia a mis espaldas, reprimiendo un suspiro me voltee hacia ella encontrándome con su mirada inquisidora recorriendo mi cuerpo de pies a cabeza, solté mi vestido alisando la tela con suavidad y calma.

- ¿Ir a la cama? Estoy segura que no pasan de las ocho. –Respondí entrelazando ambas manos detrás de mi espalda.

-El amo Joseph dejo clara sus órdenes.

Mi cuerpo se tensó al escuchar su nombre, Alessia extendió su mano derecha con dirección a la mansión indicando que debíamos entrar y sin tener un segundo para pensar en mis siguientes movimientos mi cuerpo reacciono automáticamente adentrándome a la mansión con Alessia detrás de mí.

-Buenas noches.

Murmure caminando hacia las escaleras evitando alargar la presencia de Alessia a mi lado, una vez que estuve en el segundo piso acelere mi paso hacia la ventana al final del pasillo la cual me brindaba la vista al patio trasero que necesitaba para buscar a la joven, sin embargo, había vuelto a desaparecer.

Tras esperar unos minutos regrese a mi habitación, la frustración recorría mi cuerpo al recordar cómo había ingresado a la mansión sin objeción alguna, sentía que mi papel en aquel hogar –si se podía llamar así– se basaba en mi persona siendo controlada como un títere en donde Joseph y Alessia eran los titiriteros que estiraban las cuerdas a su antojo.

Una vez asegurada la puerta de mi habitación, me senté en el taburete frente a mi ventana observando la majestuosa luna que se proyectaba en el cielo, iluminando las bellas copas de los pinos que rodeaban el terreno.

Me pregunto si Lisa puede ver la luna en estos momentos

La imagen de la joven desapareciendo por un costado de la mansión se proyectó en mi cabeza, miles de dudas y escenarios posibles se creaban en mi mente sin llegar realmente a alguna conclusión lógica de los hechos. Lo único que podía asegurar era que la joven no podría estar vagando por los alrededores con tanta libertad, por lo que cualquier actividad que estuviera realizando había tenido que ser bajo el mandato de Alessia. Fuere lo que fuere, debía empezar a cuidar mis pasos y ser más discreta si no quería tener problemas con ella.

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El amanecer llegó muy lento para mi gusto y, entre las imágenes de aquella joven corriendo entre mis sueños, la intriga que sentía por saber a dónde había ido con aquellos vendajes y el posible plan que había ideado en mis ratos de desvelo, me había sido imposible descansar.

Por lo tanto y a sabiendas de que no podría soportar estar más tiempo acostada en la cama, me había levantado, bañado y preparado, encontrándome lista para salir de aquellas cuatro paredes justo antes de que tocaran a la puerta de mi habitación.

-Buenos... días señorita Jennie.

Saludo Alessia sorprendida por mi inesperada aparición al abrir la puerta, sonreí levemente al pasar a su lado.

-Buenos días Alessia, me gustaría un desayuno ligero por favor.

Pedí amablemente, la mujer mayor asintió bajando conmigo hasta el comedor donde se despidió con una leve inclinación yendo hacia la cocina. Al ser tan temprano la servidumbre se encontraba en plena labor permitiéndome observarlos y buscar a la joven, sin embargo, esta no se encontraba entre ellos.

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⏰ Última actualización: Mar 30 ⏰

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