A merced de cada día
del sol que me ilumina
y no es sólo el sol del día
es el sol que guía mí vida.
A merced del tiempo
que sigue su curso
irremediablemente
como mi corazón
envuelve y guarda un sentir
y tiene el sótano repleto.
A merced de Dios,
que no es sino quien
dispone el camino
que el sol ilumina
y al caer la noche
la luna vigila.
A merced de la nostalgia
que por contrario
no ha de guardarse nada,
trae tristeza, alegría y calma.
A merced de éstas palabras
que siempre cumplen
su gran encomienda,
resistirse al tiempo expresando
mi sentir en cada letra.
