Dilailah GinNinguno de los profesores se enteraron de la pelea con Sasha, no me delató cosa que agradezco, pero si le fue contando a su círculo que le pegue por que me llamo drogata y aunque no era por eso y las dos lo sabíamos, me sentí más aliviada al ver que no fue contando la verdad y que me tenía algo de privacidad.
Martes y miércoles pasaron muy iguales, recibo varias miradas de odio y paso los recreos sola aunque lo prefiero así. Además encontré un lugar en el recreo que es perfecto, no suele ir nadie ahí y aunque tarde un poco más de cinco minutos en llegar, merece la pena. Se respira tranquilidad y libertad. Es un sitio lleno de árboles frondosos y un fresco césped, corre una brisa que te abraza haciéndote sentir menos sola.
Es jueves a sexta hora y toca historia. Me alegra por ambas partes, era ya última hora e historia con el señor Relish era una maravilla. Cuando este va empezar la clase, se abre la puerta.
—Anda, ¿otro nuevo integrante?— Pregunta Relish, con esa sonrisa tan carismática—adelante pasa. Eres Zac, cierto.— Murmura como si se lo recordara más a él mismo que presentarlo a la clase.
Todas las miradas se posan sobre él, no sé porque a esta clase les encanta tanto las novedades, es un alumno como otro cualquiera, ni que fuera Emma Watson o Cole Sprouse. Sin quitar la vista de la ventana, noto una presencia a mi lado.
—Bueno, chicas no babeéis tanto y chicos no os pongáis celosillos— dice el profesor con esa guasa que siempre tiene.— Vamos a hacer un trabajo en parejas, lo haremos a sorteo así no habrá ninguna injusticia. No quiero ninguna queja.— Todos lo hacen automáticamente y cuando alguien levanta la mano para preguntar, Relish seguidamente le contesta como si le hubiera leído la mente.—No, nadie se va a cambiar la pareja.
Van saliendo varias parejas, algunas se quejan y otras le agradecen al profesor.
Cuando sale el nombre de Zac no puedo evitar ponerme nerviosa. Solo quedamos Sasha, Zac y yo, eso significaría que uno lo haría solo y quería ser yo.
—Zac y... quién será la afortunada...— Sasha me mira con desprecio mientras yo solo la ignoro. —Dilailah Gin.—Maldigo por dentro con todo mi ser intentando no poner los ojos en blanco aunque fracaso.
—Zac, ojo no te drogue.— Suelta entre risas Dylan. Escucho como todos se ríen alabando al chico pelinegro de rizos. Veo a Sasha con el rabillo del ojo y aunque esta no se ríe tampoco les dice nada. Poso los brazos encima de la mesa y dejo caer mi cabeza en ellos.
—No te preocupes que yo ya lo hacía.— En ese momento las risas se callan y la que ríe ahora soy yo en mi interior.
—Gin.— Una voz ni muy ronca ni muy aguda y suave me llama. Es el chico nuevo, es Zac. Levanto la cabeza, lo tengo pegado a mi rostro. Le miro detenidamente, un sentimiento de rabia me acapara y es que es jodidamente hermoso. Su cabello despeinado se tiñe de un castaño claro, sus ojos son de un color avellana que con la luz del sol, lucen aún más bonitos. Tiene unos labios rosados y carnosos. El rostro es muy delicado y suave, además de que las facciones se le marcan a la perfección haciendo ver que es esculpido por los mismos dioses. De repente un grito me lleva a la realidad.
—¡Dylan! tú y todos los que os habéis reído vais a dirección ¡YA!— Espeta el señor Relish. Es la primera vez que lo veía tan enfadado.
—Eres Gin ¿verdad?— El chico nuevo se vuelve a dirigir a mi.
—Dilailah mejor.— Le digo sin ánimos de nada.
—Bueno, te llamaré Gin.
—No.
—Si.
Rodo los ojos y me quedo mirando por la ventana.
Puede que él sea amigable con todo el mundo, pero justamente yo soy lo contrario, así que ese comentario no me hizo gracia en absoluto. Si quería que me llamara Dilailah, que le costaba.
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Lienzo blanco
RomanceDilailah Gin, es una joven cuyo pasado le atormenta haciendo que su vida se torne en una nube gris. Es entonces cuando Zac se cruza en la vida de ella logrando así, que desaparezca esa nube. Juntos empiezan a ver el mundo en colores, pero tendrán qu...