Dilailah Gin
Finalmente mis pies acceden y me voy corriendo. Llamo a un taxi y como les he metido mucha prisa tardan unos cinco minutos.
Al llegar a casa me aseguro de que Anne duerme profundamente. Subo a mi cuarto y me desplomo en la cama. Intento ordenar todo lo que mis ojos han percibido. Sasha estaba besándolo y con la sonrisa que me ha regalado me lo ha dejado claro. Pero... ¿y Zac? ¿él también lo estaba haciendo porque quería o no podía escapar de la situación? ¿Y si realmente quería? porque... yo no vi que la frenara ¿o si? Las dudas y preguntas sin respuesta no paran de cesar junto con las lágrimas. Quiero pensar que Zac estaba atrapado en las garras de esa arpía. Nunca lo he querido admitir, pues sabía que si lo hacía ya no había marcha atrás... pero si, Zac me gusta, Zac me encanta , pero Zac me da miedo... y me da miedo los sentimientos encontrados que acabo de admitir. Solo ha bastado un mes para caer rendida a sus pies, aunque haga como que no. Pero quien no caería... aparte de que tiene un físico que deja a todas con la baba en el suelo, su personalidad; joder. Como está cuidándote y mimándote, como te presta atención, te ayuda, te sostiene, te aguanta, te... todo. Y ahora este hecho... esto me ha dejado hundida.
Por la mañana me levanto con los ojos más hinchados del mundo, me pongo una sudadera ancha negra y un chándal negro; reflejando mis ganas de vivir. Cuando llego, no soy capaz de mirar más allá del suelo, prefiero mantener la vista clavada en el, pues ver a Sasha, solo desestabilizaría mi salud mental. Me siento en mi mesa y como siempre, reposo la cabeza en mis brazos, que estos están encima de la mesa. Zac se acerca a mi de inmediato.
—Gin, ¿por qué te fuiste sin avisarme siquiera?— Lo miro con recelo, aunque me controlo. Me he dicho esta mañana que no le iba a echar nada en cara. Quiero creer que él no lo hizo con intención y... creo que estoy en lo cierto solo por como me pregunta preocupado, está claro que no sabe que vi ese estupendo beso entre él y Sasha.
—No me lo estaba pasando muy bien.— Le contesto sin ganas.
—Joder, habérmelo dicho me habría ido contigo.
¿Perdona? pero si le estabas comiendo la boca a la hija de... pienso en mi interior.
—Da igual, tú te lo estabas pasando bien, no quería molestarte.—Respondo con segundas.
—Sabes de sobras que no lo haces.
Al escuchar eso las lágrimas intentan salir y la piel se me eriza. Le giro la cabeza y me quedo mirando por la ventana. Necesitaba que me dejara de hablar o me pondría a llorar y soltar todo. Como ve que no le digo nada se sienta en su sitio.
Terminan las tres clases y Zac viene conmigo al ver que yo no voy con Sasha.
—Espera, tengo que ir al baño.— Digo arrastrando las palabras.
Nada más entrar me topo con la persona que menos quería ver, Sasha.
Pienso en si decirle algo o si es mejor callar, pero quiero salir de dudas así que no me puedo contener. Esta retocándose el maquillaje y cuando me ve, suelta una sonrisa malévola. Mi tristeza abraza todo mi ser al ver esa sonrisa... con miedo pregunto con el corazón estremecido.
—¿Lo hiciste a propósito?
—Sí— responde con todo el descaro del mundo y sin vergüenza alguna. Yo me quedo perpleja ante su confesión.—¿De verdad te creías que un chico como Zac, se fijaría en un alguien como tú Dilailah?— sus palabras se me clavan como dagas y no me duele lo que dice, sino como lo dice. Después de todo lo que habíamos vivido yo pensaba que estábamos bien. Me lo hizo creer y caí en su trampa.— Mírate, das puto asco drogata, no intentes aparentar que has cambiado porque se ve a kilómetros que no lo has hecho.
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Lienzo blanco
RomanceDilailah Gin, es una joven cuyo pasado le atormenta haciendo que su vida se torne en una nube gris. Es entonces cuando Zac se cruza en la vida de ella logrando así, que desaparezca esa nube. Juntos empiezan a ver el mundo en colores, pero tendrán qu...