Capítulo 10: Heridas

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Harry estaba cumpliendo su castigo con Snape y el tiempo pasaba más lento que nunca, no había manera de que supiera como le estaba yendo a Gryffindor en el partido, no sabía si por su culpa iba a llevarlos a la derrota total.

Trataba de no pensar mucho en el partido mientras transcribía las infracciones de antiguos alumnos de Hogwarts, encontrándose, con dolor en la boca del estomago, con el nombre de su padre y Sirius ocasionalmente acompañados por Remus Lupin o Peter Pettigrew.

Estaba ya muy cansado y no podía creer que apenas hubieran pasado dos o tres horas, cuando el reloj, que Harry sospechaba daba mal la hora, marcó la una diez, Snape le ordenó salir y le dijo que continuaría el próximo sábado, salió lo más rápido que pudo, el partido ya había acabado y todos estaban reunidos en el gran comedor pero él sabía que si Gryffindor hubiera perdido o ganado ellos se encontrarían en la sala común, lamentándose o festejando, así que se dirigió a toda prisa.

La señora gorda no le dijo si habían ganado o perdido pero cuando el entró un gran estrépito de voces creció y muchas manos lo jalaban dentro de la sala común.

- ¡Ganamos! - decía Ron con la copa en sus manos pasándosela a Harry - ¡Ganamos! ¡Cuatrocientos cincuenta a ciento cuarenta! - Ginny se abalanzó hacia él y lo envolvió con sus brazos.

Harry estaba muy feliz, abrazo a Ginny alegremente y comenzó la celebración cuando se separaron.

Estaban celebrando cálidamente con todo el equipo, comiendo, riendo y platicando con Hermione y Ron sobre el partido cuando sintió en su dedo el fantasma de un anillo, se sobresalto y miró su mano rápidamente, asociaba ese sentimiento con algo muy malo, pero trató de relajarse al instante.

- Harry ¿Qué es eso? - dijo Ron quien no alcanzaba a ver bien el anillo, algunos en la sala común estaban siendo atravesados por el hilo, Harry corrió hacia la salida para que nadie se diera cuenta que el hilo pasaba entre ellos - ¡Harry! - fue lo último que oyó de Ron y Hermione, el maldito Malfoy estaba intentando localizarlo, de una manera muy indiscreta, comenzó a oler su característico aroma demasiado atrayente como para no disfrutarlo y entonces, casi por inercia, comenzó a correr siguiendo el hilo, se dirigía a una puerta muy elegante y con madera resplandeciente alado del pasillo que sabía se dirigía a Slytherin.

La abrió rápidamente encontrándose con la figura de Draco encima de una cama recargado a la pared con un libro entre sus manos, jamás había visto que una habitación tuviera una cama, pero suponía que eran los beneficios de ser Slytherin - Potter - murmuró al tiempo que se levantaba y dejaba el libro en la cama - Tardaste mucho, ¿Gryffindor está tan lejos? - le dijo con una ceja levantada.

Harry estaba respirando fuertemente por el cansancio, así que sólo sonrió - ¿Por qué soy yo él que tiene que correr hacia ti? - le dijo aún con una sonrisa.

- ¿Hubieras preferido que entrara triunfalmente a la sala común de Gryffindor en medio de la celebración a plantarte un beso en los labios? - dijo con una ceja levantada y una sonrisa pícara, la respuesta de Harry era un rotundo "NO" - Por que estuve a punto de hacerlo - aceptó Draco y Harry se río fuertemente al oír eso, definitivamente nada podía enojarlo, nada.

- Te hubiera golpeado en la cara y te hubiera sacado a patadas de la sala común - dijo con una sonrisa de superioridad. Draco entre cerró los ojos pero su sonrisa seguía en sus labios.

- ¿Qué tan terrible te fue en el castigo de Snape? - le dijo cambiando de tema, Harry rodó los ojos y sintió su alegría caer un poco recordando su castigo.

- Muy terrible - le dijo sin más, Draco soltó un soplido de burla y lo miró rápidamente a los ojos, escudriñando algo en su mirada, Draco estaba observando cada milímetro en el iris y pupilas de Harry, cada pigmento verde mezclado, cada cambio en su pupila y cada destello de luz, con tanto esfuerzo como si quisiera leer su mente.

Cuestión de Destino | DrarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora