Prólogo

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Siempre que tenía cita con su abuela le sudaban las manos, la presión surcó por las nubes y un gran dolor de cabeza torturó la poca cordura para dicha ocasión. Arregló el impecable traje de diseñador, ajustado en los lugares precisos, peinado perfecto y un maquillaje pulcro que resaltó las perfectas facciones del hombre. ¿Qué más podía perfeccionar el CEO Park Jinyoung? Es lo que se preguntó, una y otra vez, cuando era requerido por la presidenta del grupo Park.


Quizá lo hubiera podido soportar, sin embargo, aquella ocasión resultó una mierda de principio a fin. En la empresa todo el mundo corrió la voz que no tropezar con el CEO era imperativo; llanto y terror se derramaron a su paso. Incluso, preso de la furia, estrelló unos cuantos vasos, aludiendo al paupérrimo estado en el que se encontraban. — ¡Despedido! — Una palabra que se difundió en el cargado ambiente.


Finalmente, para cerrar con broche de oro, se dirigió tarde a la oficina de presidencia; hacer esperar a la matriarca del clan fue un pecado imperdonable, pero no le importó. Park Boyoung crío a su nieto como un omega fuerte y dominante, inclusive muchas personas pensaron que Jin poseía la naturaleza alfa y que la manifestación resultó errónea. El amor y los mimos estaban lejos de las enseñanzas de un Park, por tanto, la personalidad gestada se forjó según los designios de la fémina.



— Llegas 5 minutos tarde, Jinyoung— expresó la mujer. Su mirada gélida rivalizaba con la del omega.

— Estoy dentro del margen, abuela. ¿Puedo saber a qué debo tu llamado? — habló, apretando los dientes. Tenía claro el propósito de la reunión, aunque la estrategia radicó en desviar la atención—. ¡Ah! Lo tengo. Vienes a pedir disculpas por obligar a Mark a ese tonto matrimonio con Jackson, ¿verdad? — vio a la mujer alzar una ceja.

— Tu primo está enamorado y ese chiquillo le corresponde, ¿llamas a eso obligación? — Jin soltó un bufido y abultó el labio inferior, gesto despreciado por la fémina.

— Perdí a mi secretario personal, ¿te parece nada? — expuso. El pie golpeando, insistentemente, el piso de mármol de la espaciosa oficina.

— No te preocupes, tengo un reemplazo mucho más competente. — formuló, haciendo un mueca. El acto encendió la sangre del castaño.

— ¡Dios! ¿Qué te hace pensar que aceptaré al imbécil? — gruñó, mientras levantaba el cuerpo. Tenía serias intenciones de abandonar la oficina.

— Siéntate, no lo repetiré nuevamente... — La odiaba, tanto como lo permitió su alma.

— Sé breve, tengo mucho trabajo. — enunció. Cruzó las piernas, apoyando las manos en su regazo.

I Need A Baby // Bnior - JJPROJECTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora