Codicioso engaño

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La calidez del cuerpo ajeno se disipó a lo largo de la sedosa piel, sus manos picaron por tocar su vasta extensión, el intenso aroma de las feromonas le turbó la poca cordura. Usó la lengua, rodeando con esta las dulces protuberancias que tenía por pezones. — Te deseo, secretario Lim... — salió de aquella boca pecadora. Jaebeom los volteó a ambos y trepó a través del perfecto cuerpo del omega, marcándolo salvajemente—, te haré mío. Eres mío, Park Jinyoung...— un gemido escapó desde la garganta del castaño.


Hurgó en el apretado agujero, enloquecido. — Tan mojado, solo para mí...mi omega, mi destino. — susurró posesivo. Uno de los dígitos acarició el glande de Jin, necesitaba probar la deliciosa ambrosía fluyendo del perfecto miembro ajeno. — Eres delicioso. Me voy a enterrar tan profundo en ti, amor. Llevarás a mi hijo dentro... — declaró. La polla del alfa se deslizó entre los calientes pliegues, elevando un profundo grito que logró eclipsar la habitación.


De pronto el silencio tomó posesión del sitio y todo desapareció, en un abrir y cerrar de ojos — ¿Qué mierda sucede? ¡¿Jinyoung?!, mi omega...— luchó contra la luz, la cual lo llevó lejos del incipiente paraíso que consideró su propiedad.



Lágrimas salieron a borbotones, le costaba respirar.

Lo había perdido para siempre...




— ¿Amor?, ¿estás bien? — La voz lo estaba meciendo. Abrió los ojos y se dio cuenta de la realidad.

— ¿Wheein?, ¿qué haces aquí? — preguntó Lim. De pronto se vio a sí mismo desnudo, junto a la mujer tan desnuda como él.

— Ehm... — la fémina frunció ceño —. Me quedó con mi novio, al menos, tres veces a la semana. ¿Estás bien, amor?, ¿tu jefe te explota? — indicó mientras acariciaba los trabajados pectorales. Jaebeom alzó una ceja.

— Yo, solo...— la pelirroja posó el dedo índice en los belfos del pelinegro.

— Llamabas a Park Jinyoung, ¿ese hombre te afecta? Es decir, parece rudo contigo — el alfa abrió los ojos como platos.

— Y-Yo, no...es decir, yo... — la fémina bufó.

— No quiero que pienses en otra persona cuando estás conmigo, ¿entiendes, amor? Soy tu prometida y futura esposa. Se supone que soy tu mundo, ¿verdad? — Lim cerró los ojos y respiró profundo.

— Es tarde, debo...— la mujer trepó en él, frotando la insipiente erección.

— Lo soy, ¿verdad? — gimió, al mismo tiempo que restregó el trasero sobre la polla de Lim—. Fóllame, bebé... — masculló en la boca del hombre.

I Need A Baby // Bnior - JJPROJECTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora