Habían pasado un aproximado de 6 o 5 horas de vuelo, al aterrizar en Italia Hades mando un auto que me llevaría al Hospital dónde se encutraba Alexander, el cual ya había salido de cirugía, y se encontraba estable.
Estaba apunto de llegar al hospital, y en cuanto lo hice, olvide informarle a Hades.
Haci que llegue a recepción.
-Buenos días señorita ¿Busco la habitación de Alexander Herrisson me podría indicar cuál es?.- dije un tanto ansiosa.
-Por supuesto ¿Que es del paciente?.- preguntó rutinariamente.
-Soy su esposa, Alice Herrisson.- pronuncie.
-Muy bien señora Herrisson su esposo está en la habitación privada 1456, piso 12.
-Gracias señorita.-concluí y caminé con dirección al elevador.
Llegué al piso indicado, y al encontrar la habitación entré, pero no podía crees lo que vía.
Era Bean quien sostenía su mano mientras están dormido.
-Bean que demonios haces aquí- dije alzando la voz.
Pude ver cómo Hades entraba a la habitación, y miraba la situación desesperadamente.
-Al tranquilízate, te había dicho que estaba en Italia, y vi lo sucedido en las noticias, es mi cuñado tenía que estar aquí.- dijo a un sosteniendo su mano.
Mi mente viajaba, no sabía que pensar o imaginar, sabía que Alexander no podía haceme algo así, así que cedi.
- Bien, ahora he llegado yo, puedes irte.- dije fríamente.
-No me iré Al, quiero saber ,también como está, puedes irte tu si es lo que quieres- dijo molesta.
-Yo soy su maldita esposa, largo de aquí AHORA- mustie lo último con rambia.
-Bean, es mejor que te vayas Alice es su esposa tu no tienes nada que hacer aquí, fue un lindo acto que vinieras, pero ahora ya no es necesario- dijo Hades tomándola del brazo.
-Bueno me largo, suerte hermanita- dijo antes de salir , y Hades detras de ella.
Aparte de mi mente los malos pensamientos, y me acerque a la cama, dónde él se encutraba, mi corazón se comprimia me dolía verlo ahí, lo amaba demasiado.
En lo que el dormía me senté a lado suyo, y tome su mano , deja leves y suaves caricias en ella.
(Imaginen que son ellos).
-Cariño, tienes que estar bien, no puedes dejarme- dije mientras unas lágrimas caían por mis mejillas.
Era tan hermoso, su rostro reflejaba serenidad, me acerque a sus labios y dejé en ellos un ligero beso antes de regresar a tomar su mano.
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•Atada a su sombra.•
RomanceUn matrimonio a punto de destruirse, una vida perfecta a apunto de apagarse, Ella lo amaba, El se follaba a su hermana.