Habíamos llegado hace un mes a casa, y el Alexander cálido, adorable, el que me hacía el amor todos los días desde que su herida sano, aunque debía estar en reposo, y desde que llegamos el volvió a alejarse y tratarme fríamente.
Salí de la ducha para ir a trabajar, hoy tenía un evento fuera del hospital, haci que me arregle.
Con un vestido, y unas botas negras largas.
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Salí del vestidor, me senté en el tocador, peine y acomode mi cabello, y me maquille ligeramente.
Al ponerme frente al espejo y acabar de acomodar mi vestido, sentí las manos gruesas de Alexander rodear mi pequeña cintura.
-¿A dónde es que vas así vestida?.- dijo undiendo su cabeza en mi cuello.
-Tengo una reunión de titurales, ¿Quirés venir?, digo si es que quieres- dije tartamudeando.
-En realidad no ,no me interesa- dijo soltando mi cintura y regresando a la cama.
-Lo imaginé- dije en casi un susurro.
Tome mi bolso y salí de la habitación, con dirección al estacionamiento de la casa.
Conduje, pero sinceramente la triste invadia mi mente, el dolor en mi corazón no sedaba.....
De pronto unas enormes ganas de vomitar invadia mi garganta.
Frente el auto, y en cuanto abrí la puerta todo lo que había en mi estómago salió.
Al acabar seguí conduciendo hasta llegar a la casa de campo de Dereck.
Narra Alexander :
Habían pasado ya dos meses, ella en ningún momento se despego de mi, cuidaba y limpiaba mi herida, la trataba de manera diferente, pero ya no podía seguir siendo haci, comense a ser como era antes del incidente, el cual a un Hades se sigue encargado.
La vi saliendo del vestidor con un vestido verde y unas botas largas, que la hacían ver jodidamente sexy y hermosa.
¿A dónde es que vas así vestida?.- dije mientras india mi cabeza en su cuello y dejaba un casto y húmedo beso en el.
-Tengo una reunión de titurales, ¿Quirés venir?, digo si es que quieres- dijo tartamudeando lo último.
-En realidad no ,no me interesa- dije de una manera cruel y fría, sinceramente tenía que ser todo como al inicio un simple contrato millonario.
-Lo imaginé- la escuché susurrar con tristeza en su voz.
Camine hacia mi cama, dirigí mi vista al computador, pude ver de reojo cómo salía de la habitación.
Alguno minutos después de su partida, escucho como tocaban la puerta.
