Al llegar a casa, me dirigí a la habitación de mi pequeña Deennh recogí lo más importante para mí pequeña ropa, pañales, cobijitas, entré algunas cosas indesornsbles.
Mis lágrimas no dejaban de salir, no podía creer lo que acababa de ver, creí encontrar el amor de mi vida, sin saber que el mismo acabaría con ella, estaba llena de rabia, celos, y dolor, me había entregado absolutamente todo de mi, no me importaba el dinero, ni la posición social, solo quería que me amara, el dolor invadia mi alma, recorría cada parte de mi ser, la tristeza se exparcia en cada poro de mi piel.
Me apresuré en cualquier momento llegaría y para cuando ello pasará necesitaba estar lejos muy lejos de aquí, al menos en lo que organizaba los trámites de mi divorcio.
Fuí a mi habitación y hice lo mismo, empaque lo ecencial, ropa, zapatos, visas pasarte, dinero en efectivo y tarjetas.
Tome a mi bebé en brazos, orden llevar las maletas al auto, estaba tomando lo último que necesitaría antes de salir.
Pero en cuanto abrí la puerta lo ví.....
-No irás a ningún lado Alice y menos con mi hija te ha quedado claro, así que entra tenemos que hablar- dijo de una manera fría y sería mientras miraba mi rostro.
-Eres un maldito sínico ahora sí es tu hija pero cundo necesitaba a su padre, estabas follandote a su tía maldito traído- dije furiosa, mientras mi lágrimas bajaban por mis mejillas.
Mi bebé comezón a llorar- Llaaaaa-Llaas-.
-Dame a la bebé- dijo mientras observaba como lloraba.
-No- dije mientras trataba de arullarla.
-DAME A LA BEBÉ- grito mientras se acercaba para después tomar a la bebé entre sus brazos.
En el instante que Deennh sintió el aroma de su padre, dejo de llorar, lo necesitaba estaba tan apretada a el que tan solo con sostenerla le generaba paz .
-Tranquila mi amor papi está aquí- dijo mientras besaba su frente, era tan diferente con ella, se había convertido en el principe azúl de su hija.
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Caminó con dirección a su habitación, seguía sus pasos mientras trataba de deterlo, sin ocacionar que mi hija se lastimara, pero era inútil mis palabras no servían de nada, al llegar a cómodo a mi bebé en su cuna, y dejo un beso en su mejilla, para segundos después girarser a mi, y tomarme con brusquedad del brazo y arrastrarme fuera de la habitación....
Narra Alexander :
Después de dejar a mi hija en su cuna, y besar su hermosa mejilla rosada, gire estaba justo a unos pasos detrás de mi, su rostro generaba demaciadas emociones, todas eran negativas y sabía que dolorosas.
Esto está una mierda, no debía de haber sucedido de esta manera, de había jodido todo ya no era tan fácil desacerme de ella, era la madre de mi hija.
