Secuestros, Amistades y Verdades (LCDL 2)

Capítulo 8 (Más mini aviso)

Hola! Primero que todo esto es un aviso algo importante así que no te saltes esta parte en negrita, bueno la primera cosa es agradecerle ya por los 1K de leídos!<3 eso motiva mucho a continuar escribiendo al igual que la cantidad de mensajes motivadores que me mandan algunos, de verdad muchas gracias!.

La segunda cosa que es la importante, es que como podrán ver los últimos capítulos son aburridos a más no poder (esté capítulo no se salva) y estoy segura que eso no les gusta y mucho menos a mí, así que estoy planeando esta semana no subir capítulo, para poder organizarme bien y recién la semana siguiente poder empezar a subir capítulos más decentes y que valgan la pena leer, que por cierto serán más largos en forma de recompensa, (o por lo menos eso espero)… Ya que de lo contrario tendré que pausar la historia por un tiempo considerablemente largo y no quiero hacer eso.

Bueno espero que me entiendan y que luego no me anden preguntando porque no subí capítulo xDD

Adiós! :3

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-Apúrate! Mis padres se despiertan en 7 minutos!

-Ya, ya, ya, ya está abierto, no te preocupes no nos demoraremos nada

Igna abrió la puerta y nos fuimos directo a la cocina, tiramos las bolsas sobre la mesa y empezamos a guardar rápidamente todos los chocolates que habíamos comprado, sin darnos cuenta nos habíamos tirado más del tiempo que teníamos pensado, mirando embobados cada tipo de chocolate que tenía la tienda

-¿Ya no queda ninguno?

-Nop, la bolsa ya está vacía

-Okay, entonces tírala y vámonos de la cocina

Igna se guardó la bolsa en el bolsillo de su pantalón y subimos corriendo la escalera intentando no hacer ningún ruido, pero frenamos bruscamente al escuchar una puerta en el segundo piso abrirse, seguida de unos pasos de hombre

-Retrocede, retrocede! Debe ser mi papá y no nos puede ver despiertos tan temprano, sería muy sospechoso y podría pensar cosas que no son –le susurre a Igna

-Ven, escondámonos atrás de algo mientras el baja las escaleras

Bajamos a toda prisa, nos escondimos en un armario que tenemos bajo las escaleras y dejamos la puerta media abierta para vigilar que no nos encontrara mi padre

-Ahí viene bajando, no hagas ruido –me susurro Igna en el oído

-Déjame vigilar a mí, es mi papá –Igna asintió y se corrió un poco –Gracias, yo te doy la señal de cuando subir

-Entendido, pero Amanda… Eh no es por asustarte pero…

-¿Pasa algo? –Ignacio estaba pálido

-Hay una araña bajando al lado tuyo y digamos que no es muy pequeña…

-¿Q-q-que dices?

Me gire lentamente y me encontré con una gran araña negra y gordita que estaba casi a la altura de mi hombro bajando por su tela, del miedo pegue un salto hacia atrás y di un grito que fue silenciado por la mano de Igna