Un océano en mi cabeza

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Nota del autor: No se termina más esta historia ahhh

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Capítulo 18

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Un océano en mi cabeza

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Mi corazón ruge como un océano en mi cabeza porque hay tantas cosas que deje sin decir. Casi puedo sentirte caminando en la distancia, pero sé que no es la realidad.

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—Así que... ¿Vínculos?

Leona dejaba caeré el pesado libro sobre el escritorio de la biblioteca y suspiraba.

—Claro, si, ya veo. No entiendo nada.

La pequeña risa de la reina la distrajo por unos momentos y aprovecho para dirigirle una mirada cansada y suplicante.

—Lo estás haciendo bien— la felicitó tomando un libro de uno de los estantes— veo que puedes leer esos símbolos que parecían imposible para ti en un principio.

—Diana me ayudó un poco, pero aun debo traducir palabra por palabra y me toma horas encontrarlas... luego la forma en la que arman oraciones es... complicada, nunca se en que tiempo están... puedo descifrar una parte, pero una página me llevaría un día.

—Aun así es un avance importante.

—Diana puede leer una docena de libros en un día.

—Ah, es verdad... últimamente ha estado ocupada ¿No es así?

—Un poco... aunque prometió que iríamos a pescar hoy en la tarde.

— ¿De verdad?

—Si... es una cita.

La reina la miró con curiosidad e inmediatamente la castaña se sonrojó, levantando sus manos para apresurarse a explicar.

—Es decir, un acuerdo para encontrarnos, a eso me refería con cita. Ella me citó para hoy en la tarde, ese es el término correcto— se justificó rápidamente.

—Veo que las cosas entre ustedes va muy bien... aunque me llegaron rumores de una pelea entra ambas en los campos de entrenamientos que pareció bastante... intensa.

—Ah, sí, bueno... eso fue totalmente mi culpa. La desafié y ella ganó... nada más.

­— ¿Nada más?— indagó con cuidado la mayor mientras se sentaba en el mismo escritorio que la del sol y ponía cierta atención en como Leona ocultaba sus manos de la vista.

—Si... es decir, si se puso un poco "intensa" esa pelea, pero estamos bien, de veras.

—De acuerdo, te creeré. ¿Entonces...?— volvió a hablar mientras abría el libro y comenzaba a leer— Querías mi ayuda con... ¿Me lo repites de vuelta?

Llevaban horas en la biblioteca y Leona sentía que cada tanto perdía el norte, así que esa pregunta de la reina, en realidad, le ayudaba a enfocarse.

Ya habían pasado unos cuantos días desde su charla con Diana. Creyó que había muchas cosas que habían mejorado entre ellas, pero aun la rubia no hablaba con claridad sobre algunos aspectos, y creyó que lo mejor era averiguar por su cuenta.

La reina aun le debía un favor por la labor de escolta que había ofrecido, y finalmente esa mañana la estaba teniendo a su disposición.

Pensó que quizás las cosas serían más fáciles si simplemente le hablaba con franqueza y honestidad, sin dar tantas vueltas

Cuando Llueve (Diana x Leona)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora