Cuando Llueve (Diana x Leona)

Acostumbrado a ser alguien que amabas.

Capitulo 17

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Acostumbrado a ser alguien que amabas.

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"Estoy hundiéndome y esta vez temo que no haya nadie que me salve. Este todo o nada realmente consiguió una manera de volverme loco. Supongo que me gusto la forma en que adormeciste el dolor."

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"Aun no es tarde para rechazar este ridículo desafío" Pensaba Diana mientras miraba la espalda de Leona mientras caminaba.

La chica avanzaba con confianza, conduciéndola por un camino que sabía llevaba a los prados de entrenamiento del reino. Ella misma había pasado algún tiempo allí, y sabía que la del sol se divertía en ese lugar con los demás soldados en su tiempo libre.

"Seguramente este estúpido desafío tiene que ver con lo que pasó en los valles hace unos días, y estoy convencida que no será solamente una pelea así sin más, seguro querrá apostar algo... se la ve confiada. Lo cual no tiene sentido. Yo si recupere mis poderes, ella no parece tener los suyos. ¿Cómo piensa derrotarme entonces? Da igual, la última vez me derrotó porque perdí la cabeza, sé que puedo ganarle si me mantengo concentrada."

Respiró profundamente y siguió caminando, podía ver cómo la gente se le iba sumando en el camino, ansiosos seguro de ver la batalla.

Leona miró por arriba de su hombro y le dio una expresión de burla.

—Bien, es bueno ver que sigues el paso, se dicen que los lunari era realmente lentos.

Diana tensó la mandíbula pero en esos precisos segundos su mente le hizo notar el fallo.

"Esa es su estrategia... claro ¿Cómo no me di cuenta antes? Ella también lo sabe bien, no puede ganarme. La única forma de hacerlo es que yo pierda los estribos. Trata de provocarme para que este irascible. Ahora tiene sentido las estupideces que dice. No, más que eso, sabía que de provocarme frente a todos mi mal humor aceptaría la batallad de inmediato, y eso hice, ahora solo planea seguir ese plan para derrotarme... Eso fue... extrañamente inteligente de su parte. Estoy sorprendida."

Diana sonrió por lo bajo, sin saber de dónde venía la repentina dicha, pero nuevamente su mente le reclamó concentración.

"Leona es una adversaria formidable, sería un error subestimarla. Estoy ahora tratando de adivinar todo lo que quiere hacer, pero no tengo la certeza de que sea así." Fue el último pensamiento antes de ver como la castaña se detenía en los campos de entrenamiento.

—Aquí es— anunció la del sol.

Se retiró unos segundos y volvió, ya no con su espada, sino con dos palos largos, un Bo para cada una.

—Bien, nos enfrentaremos con esto, ahí arriba— explicó señalando un enorme tronco que permanecía suspendido en forma horizontal.

Diana conocía el juego. El grosor del tronco apenas podía alcanzar para poner los dos pies juntos encima y era difícil mantener el equilibrio. Los duelistas peleaban y trataban de mantener el equilibrio mientras sus Bo chocaban. Abajo le esperaba al perdedor un pequeño lago de fango.

Fácil de entender, el primero que cae, pierde.

— ¿Necesitas que te explique las reglas?

—No— contestó con contundencia la de la luna, lo que sorprendió por unos segundos a Leona pero pronto puso una expresión de confianza, la misma que traía desde que se vieron.