Cuando Llueve (Diana x Leona)

Es demasiado tarde para disculpas

Capítulo 4

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Es demasiado tarde para disculpas

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Y estoy escuchando lo que dices, pero simplemente no puedo hacer ningún sonido.

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Leona se aburría enormemente en el templo.

En los días soleados podía entretenerse con los niños que se acercaban a la zona y pasar el rato con ellos, pero los días de lluvia, como el de ahora, solo algunos pocos adultos se animaban a escalar hasta allí.

Aunque el templo era grande, era difícil encontrar con que divertirse.

"Divertirse" pensó la del sol, llevándose una mano a su frente, recordando las palabras de Diana al hacerle notar que no solo su cuerpo, sino también sus pensamientos, eran el de un niño.

Ya habían pasado unos cuantos días desde el incidente en el templo abandonado y se sentía inútil viendo los avances, porque los había.

Estaba segura de haber crecido en altura varios centímetros, y su atención se enfocaba más eficientemente en lo que quería.

"Aunque sigo sin poder levantar mi escudo. También mi espada me parece lo más difícil de manejar" razonaba la guerrera mientras caminaba por el templo.

Aunque la reina le había pedido resolver la situación, Leona no tena ni idea de cómo hacerlo.

En un primer momento trató de averiguar más sobre el templo abandonado donde ocurrió todo, pero lo único que averiguo fue que era un antiguo templo de Luna también. Las razones de porque fue abandonado nadie las sabe, tampoco por qué en vez de mejorarlo se decidió hacer uno nuevo.

Había varias cosas que no parecían tener sentido, y la cantidad de años que habían pasado solo las oscurecían más.

Se encontró entrando a la biblioteca del lugar. Ya lo había intentado antes, pero los libros estaban en un idioma desconocido para ella, aun así, otros tenían dibujos y figuras que podían llegar a entender.

"Como encontrar interesante los dibujos en un libro" volvió a pensar reconociendo la actitud infantil.

Solo entrar se lo pensó dos veces. Diana volvía a estar allí, apoyada en uno de los estantes, sentada en el suelo, rodeada por pilas de libros.

"¿Ella entiende este idioma o solo también estará viendo los dibujos?" se cuestionó viendo como la rubia tardaba mucho más de la cuenta en pasar páginas.

Se quedó observándola así, tratando de adivinar lo que en realidad hacía, hasta que Diana levantó la vista de su libro y de mala gana la miró.

No quería otro enfrentamiento con la rubia dentro del templo. La idea de ser reprimida nuevamente por los mayores de ahí no le gustaba, así que antes de que la otra chica pudiera decir algo, se dio la vuelta y salió de la biblioteca.

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—¿Así que las dos crecieron?

—Sí, su majestad... aunque no significativamente.

La reina se acomodaba en su sillón, escuchando a Kela quien vino al palacio a informar. Algunos imprevistos surgieron y tuvo que cumplir su deber como monarca, aun lo hacía, por lo que el asunto de los templos y las campeonas debía esperar para ella.

—¿A qué crees que se deba?

—No estoy seguro— confesó el sacerdote— quizás es como usted dijo, la diferencia lo hace el nuevo templo.