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Las estrellas brillaban en el manto negro azulado que cubría Londres, el gran satélite natural escondido tras espesas nubes negruzcas.

Cuando entro por la puerta principal todo estaba completamente a oscuras, supuso de manera inmediata que todos dormían. Sin hacer demasiado ruido Harry camino a su habitación, necesitaba quitarse la ropa y darse una ducha, los aromas impregnados en las prendas le provocaban nauseas y dolor de cabeza, su cabello estaba echo un lio; lleno de nudos.

Cuando entro en su habitación se dio cuenta de que las cortinas estaban abiertas y la puerta de cristal movedera estaba abierta, haciendo que la gélida brisa entrara. No se molesto en cerrarla, a decir verdad el frío estaba bien. Entro en la ducha, gruño cuando el frío - muy frío - liquidó hizo contacto con su piel cálida.

Las gotas bajaban por su cintura marcada, bordeando la tinta marcada en su piel porcelana, perdiéndose en el camino marcado en 'v' de su pelvis, sus hombros anchos - sin llegar a ser bestiales - húmedos con mechones de cabello adherido. Gotas caían de la punta de su roma nariz delineando su marcada y cuadrada mandíbula. Cuando salió de la ducha con una toalla amarrada a la cintura su olor característico se emanaba con mucha más presencia marcando toda la habitación. Se coloco un chándal gris y se acostó en la cama intentando conciliar el sueño.

Cuando ya habían pasado treinta minutos el alfa se rindió en su intento de dormir, y mejor decidió que prepararía su valija con todas las cosas que llevaría al dichoso instituto.

Hurgo en su closet, escogiendo varias prendas y lanzándolas de manera desordenada dentro de la gran maleta de café con diseños dorados. Metió varias camisas de vestir con botones y abrigos largos que le llegaban por la rodilla, y como prenda obvia sus típicos jeans negros. Hasta donde el alfa de ojos jade tenia entendido, dentro de aquel lugar habían tiendas con todo lo relacionado al instituto así que no se molestaría en comparar algo por adelantado. Se detuvo en seco cuando un pensamiento caótico cruzo su mente, tendría que llevar un uniforme: un jodido uniforme escolar.

Un rictus amargo se poso en su fino rostro, carajo, en que se había metido.

Iba a seguir maldiciendo y auto regañándose cuando el perfecto sonido de una trompeta interrumpió su momento. Autumn Leaves entonada por Chet Baker se escuchaba en toda la habitación, bufando Harry dejo el móvil sonar hasta que menguo. Volviendo a lo que hacia tomo entre sus tatuadas manos, varias camisas y suéteres para posteriormente meterlos en la valija. Cerro el zíper y en otra valija completamente distinta a la primera empezó a empacar su ropa interior y bufandas. El clima en Londres no era cálido, ciertamente siempre estaba nublado y la ventisca helada.

Cuando estuvo satisfecho dejo las cuatro valijas en una esquina de la habitación. Nuevamente el sonido de la trompeta se volvió a escuchar y hastiado, Harry atendió la llamada sin fijarse en el identificador.

— ¿Qué?, — es lo primero que dice al colocar el aparato en su oreja.

Uy, uy, pero que humor. —  La chillona voz de su amigo se escucha atreves de la linea, y por el lejano sonido de la música y gritos, Harry deduce que el alfa rubio esta en una fiesta.

— ¿Qué es lo que quieres Niall?.  — Cuestiona hosco, no tiene ánimos ahora para quedarse hablando con el rubio.

¿Acaso no puedo llamarte para preguntar como estas?, — Frunciendo el entrecejo, Niall rezonga por lo que dice él rizado. — No tengo que tener un porque de por medio para querer hablar con mi mejor amigo, ¿sabes?. — Se nota a leguas que Niall esta ebrio, no solo por el tonto y cómico tono en el que esta hablando, sino porque estando sobrio Niall jamás hubiera llamado a Harry a esas alturas de la madrugada, así que el alfa rizado deja esa actitud tan condescendiente de lado; solo por un rato.

— No, no tienes que tener un porque para hablar conmigo,  — le da la razón, no quiere discutir con un ebrio Niall — Pero para que me llames un domingo a las tres y media de la madrugada, debe suceder algo.

 — Buenoooo, — murmura bajo alargando la 'o' bobamente. — ¿En serio iras al internado de alfas?, Gemma me lo a contado pero no le creí, ya sab-... — Harry maldice a Gemma unas cien veces en su mente. Se supone que por ahora nadie lo sabría, se toma del puente de la nariz evitando gruñir, no quiere despertar  a nadie, ni tampoco le apetece dar explicaciones; a nadie.

— Si, asistiré al jodido internado.  — Dice al cabo de un rato, en el que solo escucho a Niall parlotear de lo genial que era. Exagerando un poco sus palabras al decir internado, pero Harry lo veía de eso modo.

Te va a encantar, tienen una piscina enorme y varios campos para fútbol, golf, tenis y béisbol. — Entusiasmado el alfa rubio, empieza a enumerar todo lo que hace genial al instituto. Sabía lo reacio que se encontraba Harry respecto a la idea de asistir a un lugar así, por lo cual no pudo evitar asombrarse en demasía cuando escucho a Gemma decirle que el cascarrabias de su hermano al fin había dado su brazo a torcer y asistiría a dicho lugar.

Harry escuchaba todo lo que su rubio amigo decía con una ceja enarcada. El alfa realmente no estaba interesado en las instalaciones del lugar ni en su buena comida, el simple echo de verse así mismo asistiendo a un lugar así le provocaba estragaos en el estomago y un bilis subía por su garganta. Termino con la llamada con una breve despedida, bufo lanzando el celular a la cama y acostándose en ella posteriormente algunos mechones de cabello le cubrieron el rostro.

Sin duda alguna mañana seria un día espantoso. La luz de la luna iluminaba parte de su cuerpo, como de la habitación, y con la ventisca moviendo su largo cabello chocolate, se quedo dormido. Esperando y añorando muy, muy en el fondo de su ser, no despertar.

Los constantes golpes en la puerta fueron los causantes de que despertara. Camino aún adormilado, al abrirla pudo ver a su hermana, perfectamente arreglada.

— Baja a desayunar, nos iremos por la tarde. — Le dice, con sus ojos verdes clavados en el alfa menor que solo asiente a lo que dice mientras con una mano frota su rostro tratando de quitar el sueño de sus bellas facciones.

— Voy en veinte minutos.

— Subirán por tus maletas para llevarlas al auto. — informa — Y Harry,  —  le llama, con un brillo en sus ojos .—  Es genial que hallas decidido ir. — Termina por decir con una sonrisa en sus comisuras, le dirige una ultima mirada al menor para luego irse por el largo pasillo.

Harry solo se encoge de hombros y entra de nuevo a su habitación cerrando la puerta tras de si.

Se apresuro en bañarse y colocarse una ropa formal, lo que consistía en unos pantalones de vestir color café, mocasines negros y un suéter color crema con una bufanda blanca de seda. El papeleo para que pudiera asistir a Winchester College, ya fue echo. Des, le envió un mail con la información. Su habitación quedaba junto a la de Gemma, y su horario ya estaba establecido. Así que no se preocupo por eso.

Bajando por las escaleras vio como Elizabeth, que estaba parada en una esquina le sonreía con evidente coquetería. La ignoro, y siguió su camino rumbo al comedor principal.

Por evidentes razones, nadie estaba ahí, solo los platos con la comida. Se sentó en la cabecera y empezó a degustar de las tostadas francesas y un omelet con tocino. Su móvil vibro en el bolsillo del pantalón, con una mano ocupada en sostener una tasa de café, tuvo que ingeniárselas para sacar el aparato del pantalón.

Tenía varios mensajes de su grupo de amigos. Pero la mayoría eran de omegas y betas que le escribían con la intención de pasar una noche en compañía del alfa, que es tan buen amante entre las sabanas.

❛ 𝑊𝑖𝑙𝑑 𝑏𝑙𝑜𝑜𝑑𝑙𝑖𝑛𝑒𝑠. ੈ〔𝐿𝑎𝑟𝑟𝑦 𝑆𝑡𝑦𝑙𝑖𝑛𝑠𝑜𝑛〕❜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora