❛ ━━━━ ⊱ Louis tiene un secreto, uno muy peligroso; cree tener todo bajo control. Pero sabe que nada de eso es cierto cuando sus ojos se topan con los ocelos jade del alfa.
Harry por otro lado, solo quiere un nuevo juguete.
Cada muro que creo a su...
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— ¿Lo estas pasando bien?. — La rubia pregunta mientras sigue concentrada en arreglar su cama, Louis ve atreves de la pantalla como la alfa pelea con la sabana y ríe divertido.
— Si Lotts, — ríe con ganas al ver como su hermana le gruñe a sus mantas con el entrecejo fruncido en una mueca frustrada. — ¡Es genial!, hay muchas personas y, ¡tengo una amiga!. — Comenta feliz con sus ojos añil brillantes y mejillas rosa pálido.
Lottie que ya se había rendido en su misión de tender la cama dejo las sabanas desparramadas y se sentó a ver atreves de la pantalla como su hermano hablaba de todas las cosas que había echo fuera de casa. La alfa sonríe en grande al ver toda esa aura de felicidad que envuelve al pequeño omega.
— Eso es genial Lou, — dice jugando con un mechón de cabello. — Mamá y papá te extrañan mucho. Todos en realidad.
Y es que desde que Louis se había ido de casa, todo parecía tan monocromático y para nada feliz, el pequeño omega era el sol de la familia y la felicidad de los Tomlinson. Jay extrañaba ver a su hijo caminar por los pasillos mientras tararea alguna canción dejando todo su dulzón aroma en la casa, Mark necesitaba de vuelta las tardes de juegos de mesa y camping los fines de semana. Las gemelas extrañaban poder acurrucarse en el cuerpo calentito de su hermano respirando su dulce aroma, escuchar la aterciopelada voz contarles cuentos o arrullarles cada noche antes de dormir.
Si, todos los alfas de la casa Tomlinson extrañaban al pequeño omega. Pero ninguno tenia el corazón de negarle su asistencia al Instituto de omegas.
Louis también extrañaba a su familia pero dentro de seis meses los vería así que trataba de no pensar mucho en eso.
Además ciertos rizos chocolate y un aroma fuerte y territorial ocupaban más espacio en su memoria de lo que le gustaría admitir.
— Lo sé, — murmura con su labio inferior sobresaliendo. — Yo también los extraño. — Admite con la voz pastosa.
Apenas habían pasado dos semanas desde que llego al lugar y le iba relativamente bien, dejando de lado los percances que había tenido con Camille todo iba viento en popa.
Siguieron hablando por lo que parecieron ser horas, despidiéndose cuando Lottie tenia que volver a clases.
Sus hermanas al igual que él, jamás estudiaron fuera de casa, él porque sus padres lo sobreprotegen y ellas porque simplemente les molesta tener que convivir y hacer amigos. Sus padres jamás las obligaron a socializar así que ellas están felices por eso.
