௮ O5.

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Los recuerdos de esos labios rosados, ocelos añil y piel de porcelana no parecían querer salir de su mente. La imagen inofensiva e inocente del pequeño omega de herbaras castañas estaba gravada en su retina como un tatuaje. El dulce y embriagante aroma del omega lo aturdieron tanto que se desconoció a si mismo cuando empezó a buscar desesperado la fuente aroma, obedeciendo a sus deseos más primitivos, su lobo se regocijaba en su pecho cuando las pintas del aroma del chico de cabellos castaños que se había impregnado en su ropa llegaban a su nariz, gruñendo satisfecho y feliz. Harry se asombro cuando su lobo empezó a mover la cola mimosos dentro de su pecho y volvía a mostrarse más que en los últimos quince años.

Jamás se había mostrado tan feliz y entusiasmado por el olor de otras personas: y mucho menos que esa persona fuera un omega.

No hacia más de media hora que había llegado a su habitación dentro del instituto, más aún así no podía dejar de pensar en él delicado chico. En como esos ojitos azules lo veían con una curiosidad genuina, y sus labios se entreabrían dudando en si hablar o no.

Ya hacia un rato dejo que cuestionarse el porque de su actuar. Ahora, parecía ser que su lobo movía la cola; mimosos y dócil.

Harry desconocía porque Ares actuaba de esa forma. Y si, su lobo se llamaba Ares, no pregunten porque, su lado animal parecía ya tener un nombre cuando nació.

Su lobo jamás había aprobado el olor de ningún omega, siempre se escondía, mareado y con estragos en el estomago. Harry jamás comprendió muy bien eso, por ello, ahora trata de hacer que Ares le diga alguna cosa, sin duda el omega de cabellos castaños debe tener algo especial, pero el lobo parece tan cautivado que no para de ronronear como un jodido gatito de sala ¡Por la luna! Era un lobo no un minino gordo.

El alfa deja de insistir, y deja que su mente viaje entre sus recuerdos, pero de nueva cuanta él omega aparece en su mente, y una sonrisa lobuna se pinta en su rostro mostrando el hoyuelo de su mejilla derecha.

''Al fin el azul se encontraba con el verde.

El alfa quedo aturdido y estático en su lugar cuando pudo enfocar sus verdes índigos en la pequeña anatomía curvilínea del omega que estaba frente a él, sosteniendo una mochila como si la vida se le fuera en ello.

Sin duda alguna, el dulce y rico olor provenía del pequeño omega que lo veía tímido. Harry dudaba en si darse la media vuelta y marcharse o tratar de entablar una conversación con él chico, hubiera seguido pensando en eso, pero una fina y suave voz llego a sus oídos como la caricia suave de un pétalo.

— Hola. — Le escucha murmurar con las mejillas enrojecidas y los labios brillosos por tanto mordédselos. 

Un gruñido de satisfacción quiere salir de su garganta, pero lo retiene a tiempo.

Su lobo se mueve inquieto y ansioso - por algo que Harry aún desconoce - en su pecho.

Mío.

Demanda el alfa, agitando su cola.

— Hola. — Responde al saludo, viendo como un temblor parece recorrer el cuerpo del pequeño — ¿Cuál es tu nombre? — pregunta son una sonrisa en los labios.

Y Louis que se a perdido a si  mismo en esos ocelos viridián, se sonroja aún más cuando escucha la ronca y grave voz del alfa en un lento hablar arrastrando las palabras. Su pequeña anatomía se desase en temblores y sus deditos juguetean entre ellos, cuando sus altivos pómulos se bañan en un carmín tenue.

— Lo-Louis, 
— murmura — ¿usted?. — Pregunta con una sonrisa risueña en sus finitos labios brillosos, el alfa se pierde por unos segundos en esa sonrisa emanando más feromonas territoriales de forma inconsciente.

Louis se da cuenta de eso y de manera instintiva cediendo a los pedidos de su omega inclina la cabeza y la ladea, mostrando la pulcra y suave piel de su cuello, demostrando sumisión. Su omega quiere calmar al alfa y parece funcionar, porque Harry ahora sonríe con dos hoyuelos marcados en sus mejillas. Louis decidió que atesoraría esa sonrisa con esos hoyuelos en secreto.

Harry no quería mostrarse tan malditamente satisfecho por lo que el omega hizo, pero diablos, a él enserio le había encantado que se mostrara sumiso. Su sonrisa no podía ser más grande, ni más narcisista porque eso era prácticamente imposible. Su lobo gruño con satisfacción y él mismo se obligo a tragarse el gruñido que quería brotar de su pecho. 

El alfa deseaba poder tomar al omega de la cintura, acercarlo a su cuerpo y poder enterrar su nariz en la fuente de tan exquisito aroma, marcar al chico con su propio olor para que todos se dieran cuenta que ese omega ya tenia alfa, que ese omega lo tenía a él, que..., Esperen un momento, Harry no acaba de llamarse así mismo él alfa del chico ¿cierto?, no, él no acaba de pensar de esa forma tan posesiva.

El lobo aulló lastimero.

Mio.

Volvió a gruñir, pero Harry lo ignoro, su lobo debía tener algún falló en el olfato o algo por el estilo como para pensar que ese hermoso omega era suyo, no, definitivamente su lobo estaba loco.

❛ 𝑊𝑖𝑙𝑑 𝑏𝑙𝑜𝑜𝑑𝑙𝑖𝑛𝑒𝑠. ੈ〔𝐿𝑎𝑟𝑟𝑦 𝑆𝑡𝑦𝑙𝑖𝑛𝑠𝑜𝑛〕❜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora