La bella y la bestia.

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-Gracias por traerme.-le dije a Laura cuando se estacionó frente a mi edificio.
-Cuando gustes.-me sonrió.-¿Crees que ya se fue?-preguntó refiriéndose a Calle.
-Si, ella se levanta temprano con todo y resaca... dudo que se haya quedado, ya es la 1 de la tarde.-dije mirando mi reloj.
-Me preocupa ella... es que bueno, la conozco desde hace años y... nunca la había visto tomar tanto como lo ha hecho últimamente.
-Dímelo a mi.-suspiré.-Yo tampoco se como ella comenzó a tomar tanto, si se pasó de copas un par de veces cuando estábamos juntas y discutimos por eso una vez... pero igual me preocupa que pase esto.-admití.

Ella tomó mi mano y la apretó levemente demostrándome apoyo, tomó un respiro un poco audible y dijo

-Si quieres podemos hablar con ella, como amigas primero que nada...
-No nos haría caso, créeme. Ella es tan terca cuando se lo propone.-recordé.
-Lo sé, la conozco igual.-rió.-Pero no estaría mal intentarlo.
-Creo que será mejor que lo haga Abi o Val... ellas son las más cercanas a ella.
-Si, hay que hacerlo, no me gustaría que algo le pase a Calle por estar ebria excesivamente.-suspiró.

Entendía su preocupación hacia Calle, igual me preocupaba a mi y estoy segura que a todos nuestros amigos igual.

-¿Te veo mañana?-preguntó.
-Si, te aviso cuando llegue para que vengas.-le respondí.-Y tu por favor avísame cuando llegues a casa.
-Lo haré.-se acercó a abrazarme.

Me despedí de ella dándole un beso rápido en los labios y subí a mi departamento.

-No puede ser.-dije para mi misma.

Calle estaba en la puerta de mi departamento, seguía durmiendo sentada con las piernas cruzadas ¿Habrá dormido así toda la noche? Cuidadosamente de no hacer ruido seque la llave y abrí la puerta haciendo que ella se vaya hacia atrás y ocasionando que despierte.

-Auch.-dijo desde el piso.

Yo pase a un lado de ella para entrar y la deje ahí en lo que reconocía donde estaba.

-¿Un cafecito para la resaca?-dije mientras pasaba.

Ella se quedó ahí unos segundos y se paró como pudo.

-¿Que haces en mi departamento?-preguntó tallándose los ojos.

Gire los ojos, era el colmo de ella.

-Estás en el mío.-dije mientras sacaba una taza.-Buenas tardes por cierto.
-Buenas tardes.-se sentó en la meseta de la cocina.-En ese caso ¿Qué hago en tu departamento?
-No lo se, yo estoy llegando.-me hice la que no sabía nada.

Hubo un silencio algo extraño... solo se escuchaba la cafetera que preparaba el café que mencioné.

-Oh es verdad... tu saliste de Lau.-recordó.
-Mmhmm...-respondí sin verla.

Silencio de nuevo... ella tenía la cabeza agachada y yo me di la vuelta para servir el café.

-Entonces... ¿te quedaste con ella a noche?-preguntó.
-En efecto, ya era algo tarde y no quise que ella maneje tan noche hasta mi casa.-mentí.-Ten tu café.-le pase la taza.-Le puse un poco de agua fría para que no lo tomes hirviendo.
-Gracias...-bebió un poco.-Yo... aaamm... ¿me prestas tu cargador? Estoy segura que mi celular se quedó sin batería.-saco su teléfono de su bolsillo.-¿Y tú baño igual? No me he visto pero estoy segura que estoy hecha un desastre.-rió.
-Y no te equivocas eh...-bromeé.-Adelante, ya sabes dónde está. Buscare mi cargador.

¿Por qué yo? (Caché)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora